domingo, 31 de octubre de 2010

San Gabriel de Valdivias, comunidad indígena

San Gabriel de Valdivias es una comunidad huichola que será escenario de enfrentamientos y alianzas propiciadas por un denominador común: la persecución. Ciriaco Campos vuelve a su terruño después de estar cuatro largos años con el ejército. En el poblado lo esperan sus padres, Dámaso y Cresencia, además de sus hermanas y amistades.

El cacicazgo de los Valdivia va dejando su lugar al de los agraristas encabezados por Saturnino Quintana. Juan Mendoza, Felipe González y Ciriaco, rememoran una travesura hecha a Arturo Valdivia, el dolor de las espinas en sus cuerpos aviva el deseo de volver a hacerlo, pero esta vez con la intención de no pagar las consecuencias.

Consumada la avería, Dámaso obliga a Ciriaco a ofrecer disculpas a don Carlos y a don Arturo, pero quien paga los platos rotos es el pobre viejo. Un personaje observa la vida de San Gabriel y esporádicamente lanza alguna frase que busca ser sabia: Don Ramoncito, maestro rural, aficionado al trago, se da cuenta de la situación que se manufactura.

Un día en la cantina, Saturnino humilla públicamente a don Arturo. Le muestra las fotografías de todas y cada una de sus víctimas. El último en la lista es un Valdivia. Quintana es el encargado de repartir las tierras de los Valdivia, pero no las reparte entre los lugareños, sino entre su séquito de matones, cobijados bajo la bandera del agrarismo.

La presencia de Ciriaco es un acontecimiento que no pasa desapercibido para Quintana. Éste tan acostumbrado a la vanagloria y el dominio, percibe en el vástago de don Dámaso un contrincante para sus planes de repartición de tierras. Sin embargo, no sólo los lugareños originales son acosados, el fervor de la guerra cristera llega hasta San Gabriel.

La ocasión para que Ciriaco y Saturnino se encuentren frente a frente no tarda. Quintana, fiel a su costumbre, desea humillar a Campos, quien responde con un golpe que manda al suelo al matón. Saturnino se venga abusando de la novia de campos y asesinando a sus amigos. Pero la presa más deseada sigue viva.

Con unos pocos hombres Ciriaco huye a la sierra desde donde planea hacerle frente a Quintana. En ese trance es auxiliado por un personaje que será crucial en el desenlace de la historia: el cura Martínez López. El final se presenta en un enfrentamiento serrano. Hay quien logra hacerse justicia por propia mano y hay quien murió sin esperarlo.

Nuevamente el texto de Azuela es una denuncia al oportunismo de algunos actores políticos. Sirve además para mostrar por qué la literatura debe ser eje fundamental de la promoción de la lectura: su objeto es la condición humana y como tal, refleja pinceladas o paisajes completos de dicha realidad. Sirva para ilustrar lo anterior el siguiente fragmento de la novela:

La Casa del Pueblo sirve de bodega para la maquinaria de Saturnino Quintana. Del maestro reaccionario ni razón ni nuevas. ¿A quién le importa la escuela? Ya Saturnino Quintana lo dijo: “Para llegar a diputado, gobernador o ministro, lo que menos hace falta es saber leer y escribir…

Desafortunadamente, nuestro país y Zacatecas, son testigo de ello.

Azuela, Mariano: “San Gabriel de Valdivias, comunidad indígena”, en Obras completas, México, FCE, 1993, pp. 767-861.

2 comentarios:

  1. Hola, acabo de leer la obra y me gustarìa saber si el pueblo de San Gabrile existe o existiò de verdad o si es simplemente una ficcin literaria del autor.

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  2. Hola, hasta donde tengo entendido, es una ficción, sin embargo, la problemática es algo cercano a la historia mexicana.

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