lunes, 28 de noviembre de 2016

El canto del hombre y Arcillas tras el viento

Sin lugar a dudas el canto es una actividad fundamental para el hombre. Todos, en alguna ocasión de nuestras vidas no hemos podido resistirnos a, al menos, tararear, alguna melodía, e incluso, inventarla. Nicolás Tolentino Jiménez canta su trayecto. El cual inicia en la tierra, como el árbol. Inicio que se hace presente con la palabra: la palabra asigna existencia: “Nombrar para nombrarlo todo, todo…/color, forma, ritmo y movimiento/luz, música solar en equilibrio.”

El inicio, el principio, en flor: “Yo vengo de escuchar voces del río/he sonado la piedra de tambor”. Después es creación, transformación. El fuego, como segundo elemento, da sentido al orfebre. De ahí surge el arma. Pero el fuego va más allá de la belicosidad y cacería. El fuego está presente en todas partes: “Tú, construiste los puertos marinos/Tú, transformaste las parras en vino/Tú, le diste son al yung (sic) y al martillo/Tú, eres la competencia de los hombres/Tú, eres lo más hermoso: Las Mujeres/Tú, llenaste de culpas las conciencias/Tú, le diste la fuerza a la soberbia.”

Luego la carne, la carne sola: “Ser todo, sin ser nada en el silencio/as de remordimientos sin descanso/buscando su refugio en el cruel vino/Ser voz sin decir lo que se siente/Ser la soledad, siempre soledad…” Todo el tránsito que nos convida Jiménez tiene su preámbulo en Dios, en la locura, en la muerte, en el hombre. Pasando por la campana y la serpiente.

La búsqueda del canto en ocasiones se vuelve sórdida. Con una estructura muy rígida. La obra adolece de un trabajo de edición. Errores de ortografía y tipografía desafortunadamente marcan y disminuyen la fuerza de algunos versos: “Te invito a juntar frutos, haber (sic) cuál es/mejor recolector”.


JIMÉNEZ, Nicolás Tolentino: El canto del hombre, México, Editorial Anguiano, 1990, 37 p.



La segunda obra que refiero, pero primera en publicarse, es Arcillas tras el viento. Igual que Canto del hombre, el trabajo de edición no existe. En sus páginas podemos encontrar los primeros esbozos de lo que será, posteriormente, la poesía de Jiménez:

Ayer fluvial
hoy lluvia
mañana agua

Los poemas son más breves que en el texto anterior, También coinciden en la estructura a partir de cantos. Confieso que este tipo de poesía me atrae poco, aunque hay versos que brincan del texto: 

En tu espalda está escrita la historia
de noches de fuego...
allí donde los siglos tejieron las arcillas
allí, donde palpita el beso de la espiga
relámpago atrapado en tu vagina.

JIMÉNEZ, Nicolás Tolentino: Arcillas tras el viento, México, Edición del autor, 1987, 78 p.

Los manuscritos de Marx

Ir a los primeros esbozos del pensamiento marxista nos remite irremediablemente a sus Manuscritos económicos filosóficos de 1844, texto que llegó al español hasta 1960. Tal como lo indica el título, en él encontraremos las vertientes filosóficas abrevadas de Feuerbach, reconociéndolo como el iniciador de la crítica “naturalista, humanista y positivista”. El texto se divide en tres secciones, cada una denominada genéricamente “manuscrito”. En ellas analiza categorías que serán pilares de su obra máxima: El capital. Los dos primeros y gran parte del tercero los dedica al cuestionamiento de la economía clásica. La parte final del tercero va a la filosofía de Hegel.

El primer manuscrito comienza con una frase lapidaria que será cimiento de toda su teoría de la lucha de clases: “El salario se determina por la lucha antagónica entre capitalista y obrero”. Para ello acude a Adam Smith en su obra La riqueza de las naciones. Cita y analiza, cita y desmenuza, cita y da un giro a lo planteado. Los distingos entre capitalista y obrero van más allá de la renta que devenga cada uno. De hecho el segundo no obtiene tal renta, sino un salario, ya que sólo es poseedor de su fuerza de trabajo.

En el apartado “La ganancia del capital”, critica juiciosamente el denominado “Derecho positivo”. Va al origen de la ganancia, la movilidad, el desarrollo del capital. Aquí entran en escena las tesis de David Ricardo. En ese mismo primer manuscrito, pero en el apartado “La renta del suelo”, es Say, con su El derecho de los terratenientes tiene su origen en el robo, quien servirá de base para el desarrollo de las ideas de Marx. Líneas más adelante explica el devenir de los Modos de Producción. El manuscrito concluye con “El trabajo enajenado”.

El segundo manuscrito describe las relaciones entre el trabajador, el capital y la propiedad privada. Lo cual será base para el tercer manuscrito, donde se describen con más detalle estas relaciones, principalmente entre propiedad privada y trabajo; propiedad privada y comunismo, la división del trabajo, el dinero. Finalmente concluye con la ya mencionada “Crítica de la filosofía y dialéctica hegelianas en general”. Resulta una verdad de Perogrullo advertir que es recomendable, si no se tiene ninguna referencia del tema, consultar alguna obra introductoria. Conceptos elementales del materialismo histórico de Martha Harnecker es una excelente opción.


Marx, Carlos: Manuscritos económicos filosóficos de 1844, México, Ediciones de Cultura Popular, 1976, 179 p. (Biblioteca Marxista)

Antiguas historias para leer en voz alta

Beatriz Barnes hace una adaptación de algunos de los episodios bíblicos más conocidos: "El arca de Noé", "Los sueños de José", "El viaje de Jonás", "Jehová y la creación del mundo" y "David y Goliat".

Publicado originalmente en la colección "Los cuentos de Polidoro", la Secretaría de Educación Pública (SEP) dentro de su programa "Libros del Rincón", los reúne en un sólo volumen.

Los textos y la tipografía -como el subtítulo lo indica- están pensados para leerse en voz alta. Con lo cual se convierte en un libro de gran apoyo para quienes desean mejorar esta modalidad de lectura. Aunado a lo anterior, existen unos indicadores de sesiones lectoras.

Antiguas historias para leer en voz alta. Texto de Beatriz Barnes. Ilustraciones de Ayax Barnes, CEAL, México, Salvat, SEP, 1993, 160 p.

viernes, 25 de noviembre de 2016

Usa tu cabeza

¿Cómo podemos sacar más provecho a nuestro cerebro?, ¿usamos todo su potencial?, ¿la memoria, el análisis, la síntesis son dones de una minoría? Tony Buzan (Reino Unido, 1942) se planteó estas y otras preguntas. Esta reflexión lo llevó a crear una herramienta mental que cada día permea más en las aulas, pero no siempre utilizada de la manera más adecuada: los mapas mentales. La apuesta, con su respectiva dosis de mercadotecnia, es preparar a las personas para que desarrollen su pensamiento con las exigencias que plantea el siglo XXI. Parte de la concepción del cerebro como una analogía de cualquier máquina procesadora de datos.

El libro se compone de tres partes, divididas en doce capítulos. En la primera parte, “Conoce tu cerebro”, Buzan explica cómo funcionan las redes neuronales (esas que se “tejen” cuando, entre otras actividades, leemos), y comparte datos asombrosos, como el que una neurona puede realizar 1028 conexiones. Posteriormente describe las características físicas del cerebro, las funciones que cumplen los hemisferios, la anatomía neuronal, conexiones sinápticas, el mecanismo por el cual percibimos el mundo a través de la vista. Para concluir con una desmitificación del coeficiente intelectual (CI), y abordar –someramente- las distintas inteligencias.

En la segunda parte, “Aprovecha la potencia de tu cerebro” se plantean algunos principios para desarrollar figuras mnemotécnicas (técnicas de memorización), además de indicar la importancia que juega la memoria en los procesos de aprendizaje, los principios básicos de la memoria y la conjugación entre ésta y la creatividad. En este apartado se incluyen algunos ejercicios. La tercera y última parte está dedicada a los mapas mentales y todas las posibilidades que brindan, pasando por su concepción inicial basada en las palabras claves y palabras evocativas, el pensamiento radial y la técnica de elaboración de un mapa mental. En cada aspecto el autor propone ejemplos.

En los últimos capítulos Buzan da una serie de consejos para mejorar la velocidad de lectura, conocida como lectura rápida, para concluir con técnicas de estudio desarrolladas por él. El texto es de fácil comprensión. Los ejercicios y ejemplos dan sustento a cada una de los aspectos desarrollados. He aplicado en mi persona, y he recomendado a mi hijo basar sus horas de estudio a partir de mapas mentales y los resultados han sido muy favorables. Creo que si nos enseñaran cómo usar esta herramienta los resultados escolares serían otros.


Buzan, Tony: Usa tu cabeza. Cómo liberar el poder de tu mente, México, BBC-Producciones Educación Aplicada, 2012, 2448 p. 

martes, 18 de octubre de 2016

Llego sin necesidad

Llego sin necesidad es un poemario que lanza las palabras como dagas: precisas, incisivas, directas. Laura Sánchez Solorio (Zamora, Mich, 1981) va a la melancolía para saber que el recuerdo es sólo un instante:
Llego sin necesidad
ni punto de partida
a un aquí
donde no soy
ni recuerdo

me extravío

ausente-presente
fantasma soy

Los sentidos explotan en sus versos. La lengua es un majar: “exquisitos panes de dios/de dulce y leche”. La adjetivación es precisa, contundente. Las imágenes poéticas se traman y lanzan chipas de humor, juego de palabras: “no de la corriente/de fulanito de tal/¿de sal?” Y desde luego la necesidad de no sabernos extraños: “sabes que hay pasos que no daremos solos”.


Sánchez Solorio, Laura: Llego sin necesidad, México, Ediciones de Medianoche, 2008, 64 p. 

lunes, 19 de septiembre de 2016

Páginas autobiográficas

¿Es importante conocer el contexto, las circunstancias, los modelos, las anécdotas que mueven a un autor a crear su obra? Creo, sin que ello sea verdad absoluta, que sí. Sí, para establecer un vínculo inicial entre los villamelones y el artista. A menudo se considera a éstos últimos como seres totalmente ajenos al grueso de la población. Pero cuando conocemos un poco de la vida de los autores, encontramos vínculos propios de la condición humana, capaces de derribar la barrera de los prejuicios, las inseguridades, las desconfianzas, que en un momento dado puedan surgir en un momento determinado.

Mariano Azuela (1873-1952), comparte algunas reflexiones y memorias en el volumen Páginas autobiográficas. Bajo el título de “Autobiografía del otro”, Azuela se remonta a algunos episodios de su niñez en Lagos de Moreno. La descripción del espacio del hogar familiar me recuerda a un texto similar de Luis Cardoza y Aragón Guatemala: las líneas de su mano: la presencia de aromas, paisajes, sabores, personajes, descubrimientos y sorpresas. Asimismo, da una pequeña introducción a lo que será el segundo apartado del libro en cuestión: “El novelista y su ambiente”. Quizá la primera desilusión del lector distraído sea que no está frente a una autobiografía propiamente, sino a recuerdos que se entremezclan con los motivos de la escritura de varias de sus novelas.

“El novelista y su ambiente” se fragmenta en dos partes, constituyendo la segunda y tercera parte del volumen. A menos que se tenga una memoria fotográfica, o que se hayan leído en los últimos meses, recomiendo una lectura paralela de estos apartados con las obras aludidas en ellos: María Luisa, Los fracasados, Mala yerba y Sin amor, Andrés Pérez, maderista y Los caciques, Los de abajo, Pedro Moreno, el insurgente, unas líneas dedicadas a tres bandoleros y cuyo título fue Precursores y Esa sangre.

En la segunda parte de “El novelista y su ambiente”, Azuela expone su experiencia y percepción de la crítica literaria, la vinculación literatura-cine, las dificultades para hacerse brecha en las letras. Finalmente, en el cuarto apartado, “Apuntes y notas”, vuelve a recordar a algunos personajes de su pasado, ahora de la época en que ejerció su profesión de médico en la Ciudad de México. Hay uno tono constante en todas las líneas del libro: la crítica sin cortapisas a la corrupción emanada de la Revolución mexicana, los privilegios de los mismos de siempre y el desamparo de los otros mismos.

También resulta interesante conocer el punto de vista del autor ante las adaptaciones cinematográficas de algunas de sus obras. Páginas autobiográficas es una ventana al pasado, pero también al presente de la obra de Azuela. El último texto del libro es su discurso al recibir el Premio Nacional de Ciencias y Artes en 1950. Mismo que conserva el aire de independencia del sistema. Para el estudioso del autor, su obra o de la novela de la Revolución, sin duda, será un material muy valioso. Para quienes buscan solamente la anécdota, les quedará a deber.

Azuela, Mariano: Páginas autobiográficas, México, fce, 1985, 276 p. (Colección Popular, 134).

martes, 10 de mayo de 2016

Un dedo incontrolable

El enojo es, para muchas personas, un estado de ánimo incontrolable. Pero, ¿qué sucedería si una de las manifestaciones de éste fuera que alguna parte de nuestro cuerpo respondiera de manera incontrolable? Roald Dahl, el genial Roald Dahl juega con esa posibilidad y dota de este poder a una pequeña de escasos ocho años, la cual, sorprendida, determina cómo hay señales corporales de que su dedo está a punto de transformar a alguien. Las víctimas en esta historia son la señora Winter, y la familia Gregg, maestra y vecinos de la niña, respectivamente.

Con la irreverencia característica de Dahl, el lector hará las delicias de las peripecias que enfrenta la familia Gregg. De un momento a otro todo cambió. Pasaron, literalmente, de ser cazadores a asumir el rol de presas. Con este acontecimiento, el lector puede reflexionar en torno a la relación que establecemos con la naturaleza como seres humanos. El invertir roles es una fórmula para “ponerse en los zapatos del otro”, y por consiguiente, generar el reconocimiento y respeto necesarios para una convivencia armónica. Nuevamente encontramos a un Dahl que confronta a los niños versus los adultos. Donde los primeros son vencedores.

Las obras infantiles del británico son asociadas, casi en automático, con los trazos de Quentin Blake. En esta ocasión no es así. Tal tarea fue encomendada a Pat Marriott. Sus ilustraciones acompañan casi cada una de las páginas de la trama. El dedo mágico, es recomendado, por la editorial, para infantes a partir de diez años, sin embargo, con una buena lectura en voz alta, atrapará a pequeños desde los cinco, realizando ésta en sesiones que no fatiguen al escucha.


Dahl, Roald: El dedo mágico, 2ª. reimpr., México, Alfaguara, 2003, 74 p. (Alfaguara Infantil).

lunes, 2 de mayo de 2016

Las migraciones internacionales

La búsqueda de mejores condiciones de vida ha sido desde tiempos inmemoriales una de las causas más constantes para que el ser humano cambie de residencia, de localidad y de país. Los primeros pobladores americanos fueron nómadas asiáticos que cruzaron el Estrecho de Bering. Sin embargo, es a partir de la instauración del capitalismo, como modo de producción dominante, que esos desplazamientos se masificaron. En Las migraciones internacionales, Francisco Alba expone un sucinto y global panorama del fenómeno migratorio entre naciones. Haciendo un recorrido desde el pasado hasta proyectar el futuro (hoy, nuestro presente).

El libro se divide en cuatro partes: “Un poco de historia”, en la cual Alba nos remite a las migraciones que poblaron nuestro continente, pero también a aquellas que recorrieron Europa, así como la implementación de medidas regulatorias de estos movimientos poblacionales. Esta primera parte sirve como introducción general al texto, con la finalidad de encuadrar y contextualizar el fenómeno a comienzos del nuevo milenio. Resulta enriquecedor que no sólo se describa el desarrollo de la migración, sino que se faciliten datos técnicos y accesibles, como es el caso de su clasificación en función de los motivos.

La segunda parte, la que tiene mayor información, aborda el “Panorama contemporáneo”. En la era de la globalización económica, de la apología del libre mercado, resulta paradójico que la mano de obra no entre en ese espíritu de libertad. Los países receptores de inmigrantes diseñan trabas legales para evitar una desbandada sin proporciones. Ahora bien, hay características propias de estos países receptores que los hacen más atractivos y, por lo tanto, generan lazos más allá de los vínculos económicos. En este apartado, además, se abordan temas como los derechos y defensa de los inmigrantes, los desplazados, las acciones y políticas públicas hacia la migración.

La tercera parte, “El sistema migratorio México-Estados Unidos”, es un tema que no podía quedar fuera. Las características de expulsión y destino de la mano de obra han sido permanentes en las relaciones bilaterales de estos países. Con un lenguaje sencillo el autor explica los beneficios y costos de este flujo humano para ambas naciones. Finalmente, la cuarta y última parte, “Perspectivas migratorias respecto al siglo xxi”, adelantando que esta centuria será de la migración, dentro de la cual nuestra patria no está exenta.

Las migraciones internacionales es un texto de lectura rápida y sencilla. Francisco Alba, a pesar de su formación económica y demográfica, no hace alarde de tecnicismos que dificulten la transmisión de ideas. Como características editoriales de la colección están su formato de bolsillo, las ilustraciones que acompañan el texto. Al final, como anexos, encontramos mapas del mundo y de México, así como un cuadro de la población extranjera por regiones, que abarca de 1965 y 1990.


Alba, Francisco: Las migraciones internacionales, México, conaculta, 2001, 63 p. (Tercer Milenio)

martes, 12 de abril de 2016

Una historia de la lectura

A mi juicio, uno de los errores que se presentan al promocionar la lectura es concebirla como un acto abstracto y uniforme para todos los lectores. Tal percepción tiene como consecuencia resultados contrarios a los pretendidos. Alberto Manguel (Bueno Aires, Argentina, 1948) hace un exquisito recorrido por anécdotas y situaciones de lectura en la cotidianidad de los hombres. Personajes de carne y hueso que hicieron del libro un objeto de culto, pero también la extensión de la mente que dijo Borges. A partir de lo anterior el viaje por las formas, los espacios, los propósitos, los tipos de lectura da cuerpo a esta obra.

Una historia de la lectura da inicio con un texto que expone en todo su esplendor aquella máxima de Paulo Freire: “La lectura del mundo antecede a la lectura de la palabra”. “La primera página” despoja a quienes no acostumbran leer de todos los prejuicios que se enfrentan socialmente y brinda la confianza para saber que somos lectores. Ese es el inicio para un recorrido que no está estructurado cronológicamente, sino por ejes temáticos, mismos que arropan al lector en cada acto de lectura. Éstos son cinco: “La última página”, “Lecturas”, “Los poderes del lector”, “El último pliego” y “Anexos”.

La segunda parte, “Lecturas”, aborda a la lectura desde distintas aristas, éstas son: “Lectores de sombras” expone brevemente el procesos fisiológico y mental del proceso lector; “Los lectores silenciosos” nos recuerda que no siempre se leyó en silencio; “El libro de la memoria” es un recuento de casos extraordinarios donde la memoria fue herramienta indispensable contra la libertad de leer; “Aprender a leer”, nos lleva por algunos métodos y prácticas en la enseñanza de la lecto-escritura; “La primera página ausente”, reflexiona en torno a las construcciones mentales y evocaciones que una lectura provocan en el lector; “Lectura de imágenes”, es un viaje en la historia del libro ilustrado; “Leer para otros”, es un paseo por diversos momentos históricos de la lectura en voz alta; “Las formas del libro”, apoyándose en algunas ilustraciones, que el libro no siempre ha sido tal y como lo conocemos hasta nuestros días; “Lectura privada”, expone, entre otros tópicos, los espacios de lectura; “Metáforas de la lectura”, analiza cómo las lecturas configuran lo que somos.

La tercera parte, “Los poderes del lector”, a su vez se divide en los siguientes capítulos: “Principios”, va hacia los primeros vestigios de la palabra escrita; “Ordenadores del Universo”, nos lleva por los pasillos y estantes de bibliotecas emblemáticas y los esfuerzos humanos por organizar todo la información resguardada en los libros; “Leer el futuro”, narra cómo uno de los propósitos de lectura ha sido el vaticinar lo que viene; “El lector simbólico”, hace un recuento de circunstancias en las cuales el libro confiere a su poseedor un estatus cultural y social; “Lectura entre paredes”, presenta las estrategias que siguieron algunas mujeres para acceder a la lectura; “Robar libros”, centra la narración en la figura de Guglielmo Libri, famoso ladrón bibliográfico; “El autor como lector”, hace un inventario de algunos autores que leían sus textos en público, como Dickens; “El traductor como lector”, pone sobre la mesa la discusión y crítica de hasta dónde pierde belleza el lenguaje con las traducciones; “Lectura prohibida”, recapitula momentos históricos en que la lectura fue vedada para algunos sectores y de la censura. Finalmente, “El último pliego”, es el colofón a tan placentero y sorprendente viaje.

Como lo mencioné en el primer párrafo las anécdotas son parte fundamental de este libro, escrito de manera ágil y accesible, sin caer en lugares comunes.


Manguel, Alberto: Una historia de la lectura, México, Almadía, 2011, 578 p.

miércoles, 16 de marzo de 2016

Relatos de mi barrio

Seguramente alguna ocasión en la vida ha escuchado una canción de Salvador Flores Rivera, Chava Flores (México, D. F.14 de enero de 1920-5 de agosto de 1987). Así, viene a mi memoria una extraña nostalgia cuando, a los cinco años de edad, escuchaba “El gato viudo” en voz de Ricardo González “Cepillín”. Ignoro, hasta la fecha, por qué se desataba ese estado de ánimo. Más tarde escuché –como seguramente muchos de ustedes- “La tertulia”, “Carta a Eufemia”, interpretadas por Pedro Infante, o “La Bartola”, o “A qué le tiras cuando sueñas mexicano”. Y finalmente, “El retrato de Manuela” cantada por Gabino Palomares.

Hacia los veinte años supe que todas esas canciones eran del mismo autor. De una u otra manera, pero siempre a través de amistades, llegué a “Boda de vecindad”, “Pichicuás”, “Los gorrones”, “Los quince años de Espergencia”. Después llegó a mí un casette con “La tienda de mi pueblo”, “El chico temido de la vecindad”, “En el baile de Tejeringo” “Herculano”, “Ingrata pérjida”, “Los frijoles de Anastasia”, entre muchas otras más, sin olvidar aquella versión rapera de “La taquiza” que realizó el grupo Caló.

Una de las preguntas recurrentes que se les hace a los compositores, y a los escritores en general, es si las historias que escriben las vivieron, fueron testigos o todo es producto de la imaginación. Cuando conocemos contextos y circunstancias de creación es probable que esos textos destellen nuevos significados al lector. La vecindad, la pulquería, la Ciudad de México del que Flores es cronista, adquiere matiz en tercera dimensión: la vivimos de cerca, somos parte de ella. Relatos de mi barrio nos lleva a ser parte de los chismes de lavaderos, de mirar impávidos el destino de Lola, de compartir la tertulia.

Con un lenguaje sencillo, chispas de humor y gran capacidad narrativa (característica que se palpa en sus canciones), Chava Flores nos invita a acompañarlo desde su tierna infancia hasta sus primeras canciones grabadas; las vicisitudes en sus trabajos, su paso por los estados contables. El lector encontrará, y redimensionará, al Pichicuás, a Manuela, a Felicitas, Maripepa, Luz, Otilia, Camila, Julia, Cleto y Luchita. Todos ellos personajes entrañables de la lírica popular mexicana. Para quien conozca poco o nada de la obra de este compositor, recomiendo escuche –con atención- sus obras y vaya de la mano con la lectura de Relatos de mi barrio. Por si esto fuera poco, la edición cuenta con un prólogo imperdible de Germa Dehesa.


Flores, Chava: Relatos de mi barrio, 3ª. ed., México, Ageleste, 1994, 162 p.

martes, 15 de marzo de 2016

Con frustración y esperanza

Al concluir la lectura de este libro me ha quedado un doble sabor de boca: el de la frustración y el de la esperanza. Frustración, porque en el Prólogo de Celia Mireles Cárdenas quedan plasmadas las argumentaciones, y evidencias, de la importancia de las bibliotecas (en este caso, universitarias) y archivos que revistan para la sociedad. Porque, citando a Javier Pérez Iglesias, “Necesitamos bibliotecas como necesitamos parques, agua potable, aire puro, transporte público, educación, sanidad y otras manifestaciones de los servicios públicos que benefician a toda la sociedad y que, a pesar de lo que digan los adoradores del mercado, pueden aportar beneficios.”

Frustración, porque desde los aparatos gubernamentales no se percibe esa importancia medular. Frustración, porque el texto en cuestión nos traza el camino de la modernización de bibliotecas universitarias, tan lejano de las bibliotecas públicas. Es así como Manuel Fermín Villar Rubio hace una descripción de la evolución de las bibliotecas a cargo de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. Evolución que va desde lo conceptual hasta la infraestructura, pasando por los servicios y cobertura.

Frustración porque sin bien las bibliotecas públicas y universitarias comparten desafíos, éstas últimas, en conjunto, llevan la delantera a las primeras. Porque, como menciona J. Alberto Arellano Rodríguez, las instituciones educativas (y sus recintos y servicios bibliotecarios) deben ser pilar para generar una estructura de conocimientos que permita al alumnado enfrentar las exigencias del mercado laboral. Servicios que van acompañados de la profesionalización (en el sentido más amplio del término) del bibliotecario.

De ahí que Patricia Guadalupe Ramos Fandiño y Beatríz Rodríguez Sierra, planteen la necesidad de integrar “el tema de espacios físicos de las unidades de información que bajo esquemas modernos, funcionales y estéticos, permitan que los usuarios y el personal que en ellas labora gocen de condiciones óptimas para el estudio, la investigación y el desarrollo del trabajo bibliotecario y archivístico.” Lo anterior se refuerza con el texto de Roberto J. Ancona Riestra, quien presenta el proyecto Biblioteca del Parque Científico y Tecnológico del estado de Yucatán; mismo que conoceremos desde sus bases documentales, presupuestales y arquitectónicas. Por su parte, Juan René García Lagunas realiza un recuento histórico de cómo se fue transformando el Sistema de Bibliotecas de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí.

Rosa María Martínez Rider, Juan Miguel Castillo Fonseca y Celia Mireles Cárdenas, resaltan la importancia de los archivos, por lo cual es urgente que se delineen políticas y acuerdos para su preservación y conservación. Finalmente, Edgar Adolfo García Encina, parte del incendio del Archivo de Zacatecas, para enumerar varios episodios trágicos causados por el fuego.

Las experiencias y opiniones vertidas en este volumen podrían frustrar, como en mi caso, a quienes desde el ámbito de las bibliotecas públicas somos testigos de la poca o nula importancia que estos espacios generan en las políticas públicas de los gobiernos municipales y estatales; de la carencia de un proyecto de modernización de sus espacios, servicios y personal. De frustración porque si continua esta inercia, no habrá mucha distancia entre esa indiferencia y los siniestros comentados por Edgar García Encina. Pero también arrojan la esperanza de alguien lo lea y descubra, que una biblioteca no es “un lugar donde se acumulan libros”, según palabras de Villar Rubio. Esperanza de que se ponderen las bibliotecas en su justa dimensión, en que hay gente interesadas en ellas, en los libros, en los archivos, en la memoria escrita.

MIRELES Cárdenas, Celia (coord.): Impacto académico y social de la construcción de espacios en los servicios de información de bibliotecas y archivos, México, UASLP-ECI, 2014, 171 p.


Volteando a la infancia

Hace unos diez años Alfonso García Botello, incansable promotor cultural, poeta, lector, melómano y cinéfilo consumado, me propuso montar, en la biblioteca, una exposición, realizada con fotografías recortadas de los diarios donde aparecían niños en condiciones nada deseables: esgrimiendo –sin conseguirlo- la pobreza, la guerra, el desamparo, la indiferencia, el hambre, la inseguridad, la tristeza, la desolación, la sed, la violencia. También sugirió colocar una libreta en la cual las personas compartieran la impresión y opinión que les merecían las fotos. Más de uno se indignó. La biblioteca no era espacio para mostrar la miseria humana, el dolor es para uno mismo y no para compartirlo.

Desde entonces me he preguntado con insistencia: ¿qué fue lo que les molestó?, ¿el abrir un espacio para quienes se les niegan los espacios?, ¿el ver reflejada la mezquindad social?, ¿el descubrir que hay más niños además de los que protagonizan la publicidad?, ¿el que las fotos fueran recortes de periódicos?, ¿el descubrirse cómplices silenciosos de la injusticia que padecen millones de infantes? Cómplices silenciosos porque la indiferencia, intolerancia, discriminación son actos regulares de un enorme porcentaje de la sociedad.

Conocí a Ricardo Chávez Castañeda a través de una novela extraordinaria (La valla), la cual presté y no sé ni a quién. En esa obra el autor nos plantea, entre otros conflictos que padecen los protagonistas, un tema escabroso: el acoso sexual a una niña. Su madre no le cree. Pero no estamos aquí para hablar de ese libro, por lo tanto (y esperando dejar la curiosidad para que vayan a buscarlo), aquí me detengo. Ahora, con El libro de la negación, vuelve a tocar un tema tabú: la violencia hacia los niños, los infanticidios de la historia:

Durante casi toda la historia del mundo el asesinato de niños ha sido un asesinato que nadie investiga, del que nadie demanda justicia, en el que no hay acusadores porque no hay partes afligidas; un asesinato que se mantiene en secreto, en indiferencia, en acuerdo tácito por ignorar.
Ignorado por los registros públicos, por los sistemas legales.
Sin héroes para impedirlo. Sin ganas de condenarlo.
Durante casi toda la historia del mundo…
Hoy nuestra época parece distinta, pero solo lo parece. Aunque quizá eso baste para hablar de ello ahora.

¿Dónde estaban, cómo vivieron, cuál fue el destino de los niños en medio de tantos y tantos episodios bélicos de la humanidad?, ¿dónde los pequeños aztecas, dónde los de Berlín de la Segunda Guerra Mundial, dónde los de la Tormenta del Desierto, dónde? Planteamientos que se formula el protagonista, un niño hijo de un escritor. Este niño va descubriendo esa parte oculta de la historia, esos episodios negados, arrinconados en el baúl de lo políticamente correcto. La historia es una historia negra, como la misma edición. No hay lugar para mundos color de rosa. El pasado no es pasado si se siguen reproduciendo prácticas detestables.

El diseño de Alejandro Magallanes es el complemento perfecto del texto. Las palabras se acomodan para caer contundentes, verticales, sin paracaídas. Hay dos finales. Uno feliz y el otro infeliz. El lector tiene la libertad de elegir, de seguir soñando que hemos superado la barbarie o el darse de bruces ante un espejo aterrador.


Celebremos pues este tipo de materiales, que se arriesgan, que son inteligentes, que nos hacen reflexionar, que rompen estereotipos (porque esa es una característica de la escritura de Chávez Castañeda: rompe estereotipos), que nos dejan pensando, que nos sensibilizan (verbo que se encuentra en peligro de extinción en esta sociedad tan convulsionada). Celebremos este libro leyéndolo. Celebremos esta obra, volteando a la infancia.

CHÁVEZ Castañeda, Ricardo: El libro de la negación, México, Ediciones El Naranjo.

viernes, 11 de marzo de 2016

Cuento del Conejo y el Coyote

Hay historias que pasan de generación en generación, pero mejor aún, las hay que pasan de regiones a regiones del mundo. Dicho tránsito es maravilloso porque la anécdota se enriqueces, y como camaleón, adquiere características propias de la cultura que la abrigó. Así los personajes cambian (principalmente cuando son animales), los escenarios combinan –por ejemplo- vegetación autóctona latinoamericana con majestuosos castillos europeos. Todo es posible en la oralidad tradicional y en la literatura. Esa magia que citamos fue de la que echaron mano Gloria y Víctor de la Cruz.

Conocí, sin saber que era la coautora de este texto, a Gloria hace once años. En un diplomado de IBBY. Ella, entonces, iba como bibliotecaria de Oaxaca. Fue en una de esas semanas cuando al hacer alusión al libro en cuestión, se le mencionó. Me maravillé de la sencillez e inteligencia de Gloria. Tiempo después adquirí el título. Mis sorpresas seguían creciendo: las ilustraciones estuvieron a cargo de Francisco Toledo. Una edición bilingüe con maravillas obras de arte.

La anécdota es constante en la tradición oral: un roedor pícaro e inteligente (en otras historias el conejo es un cuy o una tuza) burla la supuesta astucia del zorro (o coyote, según la región donde se cuente). El engaño, la rapidez mental del conejo es la constante en esta trama. Por su parte, el coyote es presa de su propia rabia, ignorancia e ingenuidad.

He mencionado que es una edición bilingüe. La organización es sencilla: del lado derecho está el texto. En la parte superior en lengua zapoteca y en la parte inferior, en español. El formato tiene un encuadernado de pasta dura. Aunque se podría pensar en un texto infantil, se debe tener cuidado con el manejo del libro. Ello no obsta para que sea una excelente opción para leerles en voz alta a los pequeños.

Ahora bien, el final es distinto a los otros textos que he aludido. En Cuento del Conejo y el Coyote, encontraremos una explicación de por qué vemos un conejo en nuestro satélite natural durante la luna llena.


De la Cruz, Gloria y Víctor (adap.): Cueto del Conejo y el Coyote, México, conaculta, 1998, 37 p. (Circo de Arte).

Cartero

Cartero es la primera novela de Bukowski. En ella, a través de su alter ego: Chinaski, narra las pericias que experimentó durante su paso por la oficina de correos de Los Ángeles.

Bukowski usa un lenguaje directo, crudo, sin ornamentos para compartir episodios llenos de humor e irreverencia. Reflejo inverso del "american dream", Chinaski se toma la vida con calma. Dicen algunos estudiosos de la psicología: la deja fluir. No se inmuta ante el abandono de la pareja, el desempleo, la vida cómoda. Se revela y putea a la autoridad.

Me gusta el texto para lectores desenfadados, divertidos. Me gusta para iniciar en la lectura a quien busque diversión.

BUKOWSKI, Charles: Cartero, Barcelona, Anagrama, 1993, 192 p.

¿Te lo cuento otra vez?

Como una herramienta para trabajar con niños de los cursos comunitarios, impartidos por el CONAFE, allá por la década del ochenta del siglo XX, este libro puede ser explotado por aquellas personas interesadas en la promoción de la lectura.
Contiene una serie de ideas generales agrupadas a un tema y finaliza con una breve muestra de narraciones y creaciones literarias.

JACOB, Esther y Antonio Ramírez Granados: ¿Te lo cuento otra vez?, México, CONAFE, 1983, 47 p. (Guías de orientación y trabajo; 1)