La mediación, entendida en
términos jurídicos y psicológicos, es un rol que exige determinadas
características que aseguren un trabajo efectivo. De ninguna manera es
sencillo, por principio de cuentas se requiere contar con la capacidad de
guardar distancia en torno a los protagonistas de la querella. Florencia
Brandoni compila en esta obra varias voces que abordan distintos aspectos de la
mediación. Dicha trayectoria va desde la descripción de las circunstancias del
trabajo, hasta aquellos indicadores que brindarán una calidad a la labor del
mediador. En ambos casos encontramos pros y contras, fortalezas y debilidades.
La misma compiladora abre el
libro con el texto “Construcción de calidad en el ejercicio del mediador”,
comienza estableciendo los orígenes de esta práctica e incluye la importancia
de una tercera parte en un conflicto: las relaciones que se establecen entre el
mediador y los participantes y viceversa, además del encono: todo ello bajo un
marco teórico que permite incrementar la documentación. El segundo ensayo,
también de Brandoni, “Investigación sobre las representaciones internas de los
mediadores con respecto a la calidad de su práctica”, pone énfasis en la propia
percepción de los mediadores en torno a su trabajo, la resolución de
conflictos, etc.
Patricia Valeria Aréchaga, “Pedir
lo que no hay: Principio de la impotencia”, comparte su experiencia en un caso
concreto familiar. Dolores Presas, “El porvenir de los pies. Disquisiciones
sobre la mediación penal y su contexto”, es otro caso, pero en esta ocasión de
un robo. Viviana V. M. Gómez, “Mediación familiar. Las emociones del hombre en
el proceso de divorcio”, logra captar la contención emocional de un varón en el
proceso de ruptura matrimonial. Quizá el caso más dramático lo registran
Brandoni y Elena Cohen Imach, “Una discapacidad como metáfora”. La primera hace
anotaciones al registro de la segunda, el cual gira en torno a un sordomudo.
“Técnica de la neutralidad, o qué
hacer con uno mismo”, a partir de un caso, desarrolla la incursión de terapia
familiar en el proceso de mediación. Michael L. Moffitt, “Las cuatro formas de
asegurar la calidad del mediador (y por qué ninguna funciona)”, analiza con
mirada crítica los métodos de calidad aplicados a la mediación. En “Evaluación
y monitoreo de programas rad y
mediación en el área de justicia. Experiencias en la Argentina y en otros
países de América Latina”, narran su experiencia en el programa rad y cuáles fueron las herramientas de
evaluación. Gladys Stella Álvarez, Damián C. D’Alessio y Ana María Amidolare “Calidad
en mediación”, proponen una metodología capaz de ponderar la calidad en el trabajo
de mediación. Finalmente, Florencia Brandoni, da vuelta a la tortilla y aborda
la calidad pero desde la óptica de los destinatarios en “La calidad desde la
perspectiva de los usuarios”.
Quienes se dediquen a cualquier
tipo de mediación, en el primer artículo podrán encontrar conceptos, clave para
integrarlos a su labor. Aunque es un texto especializado no estriba mayor
dificultad para el lector promedio.
Brandoni,
Florencia (comp.): Hacia una mediación de
calidad, Buenos Aires, Paidós, 2011, 304 p. (Paidós Mediación, 14)
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