viernes, 3 de febrero de 2017

Hacia una mediación de calidad

La mediación, entendida en términos jurídicos y psicológicos, es un rol que exige determinadas características que aseguren un trabajo efectivo. De ninguna manera es sencillo, por principio de cuentas se requiere contar con la capacidad de guardar distancia en torno a los protagonistas de la querella. Florencia Brandoni compila en esta obra varias voces que abordan distintos aspectos de la mediación. Dicha trayectoria va desde la descripción de las circunstancias del trabajo, hasta aquellos indicadores que brindarán una calidad a la labor del mediador. En ambos casos encontramos pros y contras, fortalezas y debilidades.

La misma compiladora abre el libro con el texto “Construcción de calidad en el ejercicio del mediador”, comienza estableciendo los orígenes de esta práctica e incluye la importancia de una tercera parte en un conflicto: las relaciones que se establecen entre el mediador y los participantes y viceversa, además del encono: todo ello bajo un marco teórico que permite incrementar la documentación. El segundo ensayo, también de Brandoni, “Investigación sobre las representaciones internas de los mediadores con respecto a la calidad de su práctica”, pone énfasis en la propia percepción de los mediadores en torno a su trabajo, la resolución de conflictos, etc.

Patricia Valeria Aréchaga, “Pedir lo que no hay: Principio de la impotencia”, comparte su experiencia en un caso concreto familiar. Dolores Presas, “El porvenir de los pies. Disquisiciones sobre la mediación penal y su contexto”, es otro caso, pero en esta ocasión de un robo. Viviana V. M. Gómez, “Mediación familiar. Las emociones del hombre en el proceso de divorcio”, logra captar la contención emocional de un varón en el proceso de ruptura matrimonial. Quizá el caso más dramático lo registran Brandoni y Elena Cohen Imach, “Una discapacidad como metáfora”. La primera hace anotaciones al registro de la segunda, el cual gira en torno a un sordomudo.

“Técnica de la neutralidad, o qué hacer con uno mismo”, a partir de un caso, desarrolla la incursión de terapia familiar en el proceso de mediación. Michael L. Moffitt, “Las cuatro formas de asegurar la calidad del mediador (y por qué ninguna funciona)”, analiza con mirada crítica los métodos de calidad aplicados a la mediación. En “Evaluación y monitoreo de programas rad y mediación en el área de justicia. Experiencias en la Argentina y en otros países de América Latina”, narran su experiencia en el programa rad y cuáles fueron las herramientas de evaluación. Gladys Stella Álvarez, Damián C. D’Alessio y Ana María Amidolare “Calidad en mediación”, proponen una metodología capaz de ponderar la calidad en el trabajo de mediación. Finalmente, Florencia Brandoni, da vuelta a la tortilla y aborda la calidad pero desde la óptica de los destinatarios en “La calidad desde la perspectiva de los usuarios”.

Quienes se dediquen a cualquier tipo de mediación, en el primer artículo podrán encontrar conceptos, clave para integrarlos a su labor. Aunque es un texto especializado no estriba mayor dificultad para el lector promedio.


Brandoni, Florencia (comp.): Hacia una mediación de calidad, Buenos Aires, Paidós, 2011, 304 p. (Paidós Mediación, 14)

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