jueves, 6 de noviembre de 2014

La estrella de Lisa

En los últimos años la literatura infantil ha incorporado a sus temáticas temas que antaño fueron tabués. Tal es el caso del cáncer y la muerte. Patrick Gilson, con imágenes de Claude K. Dubois, nos brindan una breve historia, la historia de Lisa, la cual un día dejó de ir a la escuela. El primero que la echó de menos fue su amigo Benjamín. El trayecto a las clases eran distintos en soledad.

Una narración donde la amistad y la solidaridad saltan a flor de piel.






GILSON, Patrick. :La estrella de Lisa, Bélgica, Ediciones Destino, 2004, 30 p. 

lunes, 3 de noviembre de 2014

La lectura

El segundo título de los "Cuadernos de Salas de Lectura", La lectura, brinda un enfoque humanista de este acto. Retomando a Manguel, el texto parte de que todo es "leíble". La importancia de la significación y resignificación, son el marco para explicar la diversidad cultural.

En los textos de formación de lectores y promoción de la lectura, se hace un énfasis especial en las ventajas y beneficios que ofrece leer literatura. Chapela, en un capítulo, nos dice los mismos aspectos, pero de la ciencia y la tecnología.

Al margen de trabajar, o no, dentro del Programa Nacional Salas de Lectura, este texto es una luz para quienes buscan formar lectores, sin caer en las definiciones duras, generalizadas, y sí con nuevos ánimos de contagiar una pasión.

CHAPELA, Luz María: La lectura, México, CONACULTA-DGP, 2011, 63 p. (Cuadernos de Salas de Lectura; 2)

miércoles, 29 de octubre de 2014

Comunidades lectoras

A mi juicio, uno de los errores más comunes al momento de implementar un proyecto de impacto comunitario está dado por la desvinculación con la colectividad que se pretende trabajar. Brenda Bellorín y Carmen Martínez lo saben y han elaborado esta guía. Comunidades lectoras: Guía para propiciar la lectura en su entorno es un texto que establece las bases mínimas necesarias para iniciar un proyecto comunitario, así como la crónica de dos proyectos del Banco de Libro venezolano. Uno de ellos en medio de la tragedia de Vargas. Entre otras virtudes, este libro nos permite dimensionar el papel del mediador o facilitador de estos procesos.

BELLORÍN, Brenda y Carmen Martínez: Comunidades lectoras. Guía para propiciar la lectura en su entorno, México, CONACULTA, 2006, 47 p. (Pasamanos de Alas y Raíces).

lunes, 6 de octubre de 2014

Ana Karenina

Durante muchos años evadí su lectura. Confieso que el grosor me daba pereza. Fue mediante el grupo virtual de lectura, en Facebook, "Corre, lee y dile". Más allá de este visible dato, sólo sabía de él, como referencia, por las clases de Español en la Secundaria (a las cuales, por supuesto, no ponía la atención necesaria). Es así como el título se grabó en mi memoria. 


Publicada como folletín de la revista Ruskill Véstnik (El mensajero ruso), Ana Karenina se convertiría en una obra maestra de la literatura universal. Wikipedia consigna, al menos, diez adaptaciones cinematográficas.

Se dice que Tolstoi la comenzó a escribir en medio de una crisis moral e intelectual. Inicia con una sentencia lapidaria: ''Todas las familias dichosas se parecen entre sí, del mismo modo que todas las desgracias tienen rasgos peculiares.''

La primera parte nos plantea las siguientes historias: la infidelidad de Oblonsky a Dolly; la declaración de amor, mal correspondida, de Levine a Kitty; el enamoramiento encausado de ésta a Wronsky y la seducción de este último ante la belleza de Ana Karenina, la cual, parece, será el eje del argumento.

Estamos frente a una de las máximas exponentes del realismo (reflejo de la realidad). En estas primeras páginas, Tolstoi deja entrever la fe cristiana que entonces profesaba. La lectura, en general, es relativamente ligera. Ojo con los diversos nombres utilizados indistintamente por el autor. También encontramos algunas voces rusas (Semstevo, isvostchiks, muijiks, lapti) y otras más en italiano, inglés y latín.

Es admirable la capacidad de Tolstoi para retratar con palabras una escena. Así ocurre cuando Grincha juega con el botón de Dolly mientras ésta le lee. Un acto intrascendente para la historia, pero que sirve para decir, implícitamente, mucho. Por otro lado, el texto sacude estereotipos personales. Por alguna razón, siempre concebi a la Rusia del siglo XIX, muy distante de Europa. El texto me resalta mi error. 

Como anticipadamente lo dejaba ver el autor, mediante las sospechas del padre de Dolly, Kitty se ha quedado como el perro de los dos huesos. Wronsky sucumbió al encanto de Ana, y ésta a la gallardía de aquél. Tolstoi nos describe una aristocracia superficial e hipócrita. Observamos cómo el hablar de la vida de otros es tema de conversación desde hace varias décadas. Sin embargo, el sentido común de algunos también hace acto de presencia: ''Que estemos libres de semejantes sombras no quiere decir que tengamos derecho a juzgar los actos ajenos.''


Por otro lado, las miradas y la cercanía entre Ana y Wronsky no pasan desapercibidas para Alejo Alejandrovich. Le duele la posible traición de su esposa, pero más le duele el qué dirán. En las antípodas de esta postura está Levine, hombre humilde por convicción: ''Si soy feliz es porque me contento con lo que tengo y no me apeno por lo que no puedo lograr.'' En esta parte, también, encontramos el enfrentamiento de las visiones del mundo urbana y rural. Tan universal como las pasiones humanas.

¡Qué sutileza y elegancia del autor para referir la consumación del amor entre Ana y Wronsky: ''Lo que para Wronsky había constituido últimamente el único objeto y la única ambición de su vida, ambición que sustituía con ventaja a todos sus anteriores anhelos; lo que Ana se le había antojado algo imposible, y, por eso mismo tan subyugador como un sueño lleno de suprema felicidad; todo esto se había realizado para ambos por fin.''

Hay dos confesiones cruciales en esta parte. Ambas emanadas de la boca de Ana: una a Wronsky y la otra a Alejo. El capítulo XXIII es trepidante por sí mismo. La conversación entre Dolly y Levine propicia que la primera ponga el dedo en la llaga del segundo. Ignoro si en alguna otra obra literaria de la época se exprese tan claro y contundente la desigualdad entre las manifestaciones amorosas de los géneros, como la sentencia expuesta por Dolly: "Ustedes puede escoger libremente a la que aman, mientras que la mujer ha de esperar a que un hombre se diriga a ella. Ellas tienen también sus sentimientos y sus predilecciones, pero no los pueden manifestar."

Alejo Alenjandrovich está herido en su orgullo de hombre y de macho. La posibilidad de un duelo es eso: una posibilidad que en nada cambiará las cosas ("palo dado..."): "el hecho de que yo provocara el duelo no me devolvería la honra..." La carta que envía a Ana, no sólo busca "salvarla", sino mostrarse generoso con ella.

Nuevamente vemos una burguesía desdeñosa y superficial (el momento en que Dolly se dirige a Tania en francés -en presencia de Levine- y la exigencia de que la niña responda en el mismo idioma, o la queja de aburrimiento de Elsa Mercalova). Por otro lado, Wronsky encuentra en el príncipe el fiel reflejo de su personalidad. Aparece un personaje, que por la charla que sostuvo con Wronsky, puede ser importante para futuros acontecimientos: Serpujovsky. Creo que la escena crucial de la tercera parte es cuando Wronsky y Alejo se encuentran en la casa del segundo.

Hasta ahora me cuesta trabajo otorgar mi simpatía o antipatía por alguno de los personajes. Las palmas se las ha llevado Tolstoi. Las relaciones matrimoniales de los Karenina buscaban ocultar lo que ya muchos sabían o sospechaban. La encomienda con el príncipe imposibilitó que Wronsky viera a Ana. Esa necesidad propicia que los Alejos se encuentren, frente a frente, en casa de Alejandrovitch. La salida más inmediata es el divorcio, pese al qué dirán y pese a sus creencias religiosas.

Ana cuenta a Wronsky un sueño perturbador y Alejo debe aceptar la invitación en casa de Arcadievitch, con todo lo que ello implica. En dicha reunión se vuelven a encontrar Levine y Kitty. El juego de adivinar las frases es un reto extra para el lector que quiera asumirlo. Ana enferma. Levine y Kitty se comprometen. La intolerancia de Ana por Alejandrovitch crece: ''Sí, le odio por su abnegación, por la pureza de su alma.''

En la cuarta parte encontramos los claroscuros de la vida: por un lado, el triángulo fatal de Alejo-Ana-Wronsky (con los nubarrones de tragedia que envuelve la trama) y por otro, el amor de Kitty y Levine (con la ansiedad e inseguridad del primero). Hay un personaje que parece conducirse con cálculo y frialdad: Esteban Arcadievitch. 

Durante gran parte de este segmento me pareció una narración lenta. Los requisitos eclesiásticos que tenía que cumplir Levine fueron solventados. Llama la atención su condición, por llamarla de algún modo, de comunista-católico ortodoxo. Levine me causa desesperación. Su inseguridad lo lleva al extremo de pensar en suspender la boda, ¿acaso no era eso lo que más anhelaba? La estadía de Ana y Wronsky en Italia, es el marco donde el segundo reparó en que sus expectativas de estar con la amada fueron mayores que la realidad. Todos los encuentros con el pintor Mijailov fueron, a mi gusto, somnolientos.

Por otro lado, la exigencia de Kitty para acompañar a Levine en la visita a Nicolás y la actitud de Ana ante actos intrascendentes de Wronsky, son ejemplos de un amor asfixiante. Supongo que era el ideal de la época. El deceso de Nicolás fue penoso y dramático, no obstante su actitud hacia el sacerdote y el último sacramento es un gesto de gratitud a Kitty.

Según mi juicio, la historia vuelve a tomar dinamismo cuando Ana le envía la epístola a la condesa Lidia. El autor refiere que Alejandrovitch ''no estaba tranquilo. No se enteraba de lo que leía y no podía apartar de su mente las dolorosas reminiscencias del pasado. Un recuerdo le mortificaba especialmente: el de la forma en que había recibido la confesión de infidelidad de Ana cuando regresaba de las carreras. Lo que más le abochornaba era haberse limitado a exigirle que guardara las apariencias en vez de desafiar a Wronsky. También le atormentaba el recuerdo de aquella carta que había empezado a escribirle, y el de su inútil perdón, y el de sus desvelos por aquella criaturita que no era hija suya; todo esto le producía una insoportable sensación de vergüenza.'' ¿Vergüenza con él mismo, con la sociedad, con su escala moral? Vergüenza con su proceder, sin duda: recto, inflexible. Alejandrovitch es producto de una infancia dura, misma que exhibe en los momentos comunes con Sergio. El segmento concluye con las dudas de Ana, la añoranza de ésta por su hijo, el arrebato de emprender su encuentro. Ana, que hasta ahora ha mostrado un carácter firme y que lo mismo enfrenta la descalificación social, que rompe paradigmas se enfrenta a su propia frontera: el amor a Wronsky.

La sexta parte tiene en común la inseguridad de Levine (por Kitty) y de Ana Karenina (por Wronsky). La visita a la finca de Esteban y Dolly, además del galante Weslowsky incomodan un tanto a Levine. Weslowsky no pierde oportunidad en ser seductor, no sólo con Kitty, es su forma de vida, misma que comparte con Esteban: "¿Por qué no si esto es una diversión para ti? Ça ne tire pas à conséquence. Mi mujer no sufrirá ningún daño por esto y yo habré pasado un buen rato. Lo que no debe uno dejar de hacer es respetar al santuario del hogar. La casa es sagrada. Pero fuera de ella no hay que dejarse atar las manos."

El fragmento donde van de cacería me recordó Los Santos Inocentes. Levine actuó pensando en él, y no en los demás, como muchos de los personajes. Veo en Dolly una tenue envidia hacia Ana. Ésta hizo lo que quiso, sin importarle nada. Dolly, en su momento, se dejó convencer por su cuñada. Para Dolly su matrimonio ha sido un sacrificio, así lo expresa a sí misma en el camino a casa de Wronsky y Ana. Estamos en un momento de transformación del agro ruso: la tecnificación, de ahí las constantes referencias a la implementación de maquinaria agrícola.

Contrario a las damas de aristócratas que se aburren tremendamente, Alejo Wronsky no tiene tiempo para ello. Las labores del campo lo absorben. Sigue imperando en la mayoría de las relaciones "lo políticamente correcto", como muestra la pregunta que calla Dolly ante Ana, en torno al apellido de la niña.

La séptima parte es de gran emoción. Hay un momento donde Ana manifiesta, a mi juicio, un amor propio mezclado con soberbia, autocompasión y generosidad, es cuando habla con Levin: "Diga usted a su esposa que siento por ella el mismo afecto que cuando la conocí, y que si no me puede perdonar a causa de mi situación, le deseo que nunca me perdone, ya que, para perdonarme, habría que pasar por lo que yo he pasado, y eso no se lo desearé jamás." Hay un momento en que los celos y la inseguridad de Ana me exasperaron, al grado de recordar alguna frase de mi pasado: "Todas las historias de amor tienen el germen de historias de odio". El parto de Kitty me trajo a la mente el cuento de "La Tona", de Francisco Rojas González. Ana reacciona como algunos de nosotros (encabezo la lista): recordamos discusiones de hace siglos. La determinación de Ana se anuncia con antelación, sin embargo, teniendo el antecedente de la Cuarta Parte, es un juego que hace el autor.

La ocatava parte rompe con el vértigo de la narración. Si bien, Wikipedio menciona que Ana Karenina está inspirada en la hija de Dostoievsky, también se sabe que la obra fue escrita después de una crisis. Por ello no me resulta extraño todo el planteamiento teológo-filosófico con el que acaba.

TOLSTOI, León: Ana Karenina, Barcelona, Editorial Sol 90, 2002, 651 p. (Biblioteca de la Literatura Universal).

lunes, 8 de septiembre de 2014

Las Salas de Lectura

El Programa Nacional Salas de Lectura (PNSL) pone a disposición de los mediadores y de los interesados en el programa o en el tema, la colección "Cuadernos de Salas de Lectura". El primer título, Las Salas de Lectura, ofrece un panorama general de las acciones y estructura del PNSL.

Dividido en nueve capítulos, el texto -cuya redacción estuvo a cargo de Luz María Chapela- va de la organización ("Principios y marcos políticos y sociales", "Misión y visión", hasta las partes medulares de la sala de lectura: el mediador, el espacio, el acervo; así como sus diferentes modalidades: Sala de Lectura, Paralibros, Centro de Lectura y Formación Lectora, para concluir con una serie de indicadores fácilmente identificables, que permiten realizar una evaluación del trabajo.

La amena redacción de Chapela es aderezada por citas textuales, y de memoria, de autores como Azorín, López Velarde, Edmond Jabés, Octavio Paz, García Lorca, Cora Coralina, Juan José Arreola y Jeremy Rifkin. 

CHAPELA, Luz María: Las Salas de Lectura, México, CONACULTA-Secretaría de Cultura de Jalisco, 2011, 72 p. (Cuadernos de Salas de Lectura; 1)

miércoles, 16 de julio de 2014

Último Round

Tomo II

Sin duda Julio Cortázar es de esos autores que se disfrutan en cada lectura. Cortázar juega con el lenguaje y provoca al lector a pensar, imaginar, crear. En el segundo tomo de Último Round podemos pasar del desconcierto a lo amoroso en un mismo libro. Textos como "La entrada en religión de Teodoro W. Adorno" o "/que sepa abrir la puerta para ir a jugar", exigen la atención del lector para que identifique la palabra faltante. Otros, como la célebre "Inmiscusión terrupta" es una provocación al sentido del humor y los conocimientos lingüísticos y gramaticales. 

También encontramos en el volumen apreciaciones estéticas, por ejemplo "Salvador Dalí, sin valor adalid". La ternura, el espíritu lúdico, la inteligencia son constantes en cada línea. En el cuerpo encontramos fotografías de Muchik, Antonio Gálvez, Jean-Michel Folon (de quien también hay dibujos), entre otros artistas.

Los poemas son extensiones de algunos fragmentos de Rayuela, de esos que no hay lector que se resista a subrayar: "Poema", "Dios de los cuerpos", "Empiezas la magia...", son el botón de muestra. Aconsejo al lector poco familiarizado con el autor, que se disponga a ingresar en un estilo que lo atrapará.

CORTÁZAR, Julio: Último Round, tomo II, 15a. ed., México, Siglo XXI Editores, 2001, 283 p. 


martes, 13 de mayo de 2014

La iniquidad

Pocas ocasiones leo libros de religión. No lo acostumbro porque me cuesta trabajo seguir dogmas, y la religión se basa en ellas.

Ana Méndez, al igual que varios autores de libros de autoayuda, superación personal y espiritualidad, tiene sus seguidores y detractores. El partido en ello que lo tome cada lector, yo me enfocaré al texto.

Quizá para muchos de nosotros el título no nos diga mucho, o de plano, no nos diga nada. Por eso Méndez dedica el primer capítulo a explicarlo. Los posteriores se enfocan en otros aspectos de la iniquidad: origen, manifestación, consecuencias, liberación.

Las creencias y la fe, convencido estoy, son de carácter personal, individual. El libro pretende llevar la lector a la reflexión de la iniquidad (carga genética pecaminosa). Reflexión que también busca una conversión. Tal como lo manifesté en mi comentario a La vaca, esto depende del lector, no del libro. En términos editoriales, requiere más trabajo: se presentan algunos "errores de dedo", un par de faltas de ortografía. A mi juicio, eso le resta seriedad al texto.

Si alguien desea una explicación del por qué de sus circunstancias en que vive, puede hacer una lectura de La iniquidad y, tal vez, aceptar la respuesta. Como los complementos alimenticios "esta lectura es responsabilidad de quien la consume".

MÉNDEZ, Ana: La iniquidad, 5a. reimpr., Ana Méndez Ferrell INC., Estados Unidos, 2011, 184 p.

jueves, 8 de mayo de 2014

Historia de O, el cómic

Basado en la obra de Pauline Réage, Historia de O, Guido Crepax, reconocido dibujante nos presenta su versión ilustrada de la novela. Los trazos son cuidados, utiliza en más de una ocasión el efecto cinematográfico del close up para que el lector perciba los detalles y se sienta cerca de la escena. 

Por otro lado, la historia es fiel al argumento original, considerando -obviamente- que es mucho más corta. Sin embargo, esa necesidad de síntesis narrativa queda compensada por la organización de los dibujos.

Historia de O, en versión ilustrada de Guido Crepax, es un volumen muy recomendable para los amantes del erotismo.

RÉAGE, Pauline: Historia de O. Versión ilustrada de Guido Crepax, Panamá, Editorial Metropol.

La historia de O

La Historia de O, además de ser un texto erótico, es una historia de amor. No del amor romántico que a muchas lectoras y lectores seduce. Éste, el de la novela, es un amor donde la protagonista, O, se realiza en el placer del otro. Ella es, en la medida que cumple un propósito utilitario sexual del otro. Lo mismo si es René -en primera instancia- o Sir Stephen, después.

Es amor porque O decide, elige, estar ahí. De manera dócil acepta que René la condujera a Roissy. Lo que acontece en el trayecto es un abrir de boca para el torrente erótico que impregna la obra. Lo que continúa no es para todos los lectores, no es fácil enfrentarse a las filias, ni a las fobias.

Hay quienes denotan determinada resistencia ante la trama, pero más frente a las descripciones: exquisitas, dicho sea de paso. O es sometida a prácticas sádicas, orgiásticas, fantasías culposas para unos, esperanza para otros, usos y costumbres deleznables para el resto. Durante la historia el lector, en más de una ocasión, se preguntará por qué acepta O ese trato. No olvidemos que en gustos se rompen géneros. La introducción escrita por Jean Paulhan, titulada "La dicha en la esclavitud", fundamentada en la extraña revuelta caribeña da respuesta, o pretende darla a tal cuestionamiento.

Quien vibra con Cincuenta sombras de Grey debería echar una mirada a Historia de O, posiblemente descubra que se puede estremecer con algo que no se pensó.

RÉAGE, Pauline: Historia de O, 5a. ed., España, TusQuest, 1993, 207 p. (La sonrisa vertical; 35)


miércoles, 9 de abril de 2014

La vaca

Una de las mentiras que se enarbolan como beneficio de la lectura está en que el individuo que lee se transforma en mejor persona. Pensar en estos términos es conferirle una mágica característica a la lectura, como si el lector fuera objeto de la lectura y sólo respondiera mecánicamente a ésta, al margen del nivel de comprensión establecido.

Hay, y constantemente se olvida, distintos tipos de lectura, así como distintos propósitos para leer. Dependerá de unos y de otros lo que el lector obtenga de un texto, aunado a lo que Emilio Sánches Miguel llama "compromiso". Uno de los tipos de lectura es la utilitaria, esa en la que a partir del texto se hace algo (y aquí mismo encontramos el propósito). Todo lo anterior, regularmente, se olvida u omite desde el ámbito escolar y en la vida cotidiana.

Si a lo anterior sumamos la mala o nula educación emocional, tenemos un nicho de mercado bastante atractivo para algunos escritores y casas editoriales. He aquí la "trampa" de muchos títulos de superación personal y autoayuda.

La vaca de Camilo Cruz repite un esquema muy utilizado en la superación personal: a partir de una historia, una anécdota o una enseñanza (preferentemente no occidentales) se desarrolla una serie de preceptos y recetas, que en resumen, son la misma idea pero con varias vueltas.

Para el caso la anécdota del monje que muestra al discípulo la existencia y problemática que son "las vacas", dadas por los pretextos, las concepciones y paradigmas con que fuimos educados. La pretensión del autor (además de vender) es la de mostrar y hacer conscientes esas "vacas" que todos, o casi todos tenemos.

El libro tiene inconsistencias. La primera está en las primeras páginas, dedicadas a la recomendación en la obra por otras voces. Cito a Luis Fernando Suárez, director técnico de la selección de fútbol de Ecuador:

"Señores, vamos a jugar un mundial. ¡Maten sus vacas! Estas fueron las palabras del director técnico de la selección ecuatoriana de fútbol a su plantel de 23 jugadores, cuando les regaló a cada uno el libro La vaca para que lo leyeran antes de salir para el campeonato mundial.
En concreto: o el libro no sirvió, o los jugadores no lo leyeron, porque Ecuador no ganó la Copa del Mundo, que es el fin último al acudir al certamen. Y el mismo Cruz, más adelante, asegura que una vaca está representada por la frase "lo importante no es ganar o perder sino competir".

Por otro lado, pese a contar con una breve bibliografía, hace alusiones a estudios pero sin citar la fuente, lo cual resta seriedad al trabajo de investigación. Aunado a lo anterior, por un lado identifica a los proverbios, dichos y aforismos como "vacas" que no nos permiten crecer y nos programan (tal es el caso del famoso "zapatero a tus zapatos"), pero por otro se apoya en sentencias, sobre todo si vienen de sus amigos: "El problema Camilo, es que los cerdos no saben que ellos huelen mal".

Hay un apartado donde aparecen opiniones de personas que han experimentado un cambio radical positivo en su vida, a partir de la lectura de La vaca. Sin embargo, los testimonios tienen una redacción que oscila entre una calidad aceptable a buena, por lo mismo genera sospechas de manipulación.

Un cuestionamiento constante que hago a este tipo de libros es que enarbolan la posesión de la verdad absoluta, y dejan en segundo plano temas importantes como la Programación Neuro Lingüística, como es en este caso. En las antípodas, una frase me pareció rescatable: "o nos convertimos en víctimas de las circunstancias adversas que estemos enfrentando, o triunfamos a pesar de ellas."

Uno puede, o no, leer La vaca o cualquier título, pero si no tiene la disposición a cambiar, seguirá siendo el mismo hijoeputa de todos los días.

CRUZ, Camilo: La vaca: Una historia sobre cómo deshacernos del conformismo y las excusas que nos impiden triunfar, México, Taller del Éxito, 2012, 190 p.

Publicado en "La Gualdra", suplemento cultural de La Jornada Zacatecas, mayo 5 de 2014.



miércoles, 26 de marzo de 2014

A golpe de calcetín

Ubicada en la Ciudad de México hacia 1929, A golpe de calcetín es la historia de Manuel Torres, un niño de doce años de edad, cuyas circunstancias económicas familiares lo llevan a trabajar como voceador. El andar en las calles "a golpe de calcetín" a ser parte de fundamental de una aventura policíaca. Francisco Hinojosa aprovecha la anécdota de Manuel para ofrecernos una fotografía de la vida social de la época. Para ello, además de las descripciones de lugares, agrega datos y hechos históricos.

Las ilustraciones de Francisco González, de trazo sencillo, son un elemento visual que apoya la ubicación temporal. 

HINOJOSA, Francisco: A golpe de calcetín, México, SEP, 1986, 55 p. (Libros del Rincón).

Los relámpagos de agosto

Utilizando como marco referencial el Maximato, Jorge Ibargüegoitia plantea su al Maximato desde su irreverente punto de vista. Narrada a manera de memorias del General de División José Guadalupe Arroyo, identificamos durante la trama esos lugares comunes emanados de la institucionalización partidista: "En este puesto podré colaborar de una manera más efectiva para alcanzar los fines que persigue la Revolución"; la nece(si)dad de salir en la foto, la mitomanía, el cinismo, el corporativismo, la riqueza rápida, la megalomanía del poder. De igual manera, el guanajuatense delínea lo que será el político mexicano de principios del siglo XXI: "Yo no acostumbro a leer, sin embargo, cuando viajo, hojeo el periódico". 

La narración en primera persona le confiere un hálito de veracidad. Asimismo los capítulos concluyen con finales contundentes. Un reto como lector sería identificar a los personajes históricos aludidos en la narración.

IBARGÜENGOITIA, Jorge: Los relámpagos de agosto, México, Joaquín Mortiz, 1994, 192 p. (Obras de Jorge Ibargüengoitia).


martes, 4 de marzo de 2014

Cuando los ratones se daban la gran vida

Con bellas ilustraciones de Pablo Rulfo, Hinojosa deja de lado las travesuras infantiles (esta historia fue escrita mucho antes de su éxito La peor señora del mundo) y nos narra la antiquísima historia donde unos ratones inquietos manipulan el tamaño de otros animales, consiguiendo con ello "darse la gran vida". Pero todo tiene un fin, situación que los roedores no esperaban.

HINOJOSA, Francisco: Cuando los ratones se daban la gran vida, México, SEP, 1986, 24 p. 

lunes, 3 de marzo de 2014

Rafa, el niño invisible

Rafa es un niño pequeño que va creciendo y adquiriendo autonomía propia de su desarrollo. Observa y es testigo de cambios que se dan en su mamá, pero no les pone atención. Hasta que una noche lo llevan con sus abuelos y a los pocos días descubre que se ha vuelto invisible.

Nuria Gómez nos invita a la reflexión como padres, ante la llegada de un nuevo hijo a la familia y las sensaciones que puede experimentar o el primogénito o el hijo más pequeño. 

GÓMEZ, Nuria: Rafa, el niño invisible, México, SEP, 1986 (Libros del Rincón), Il. Maripé Fenton.