La Historia de O, además de ser un texto erótico, es una historia de amor. No del amor romántico que a muchas lectoras y lectores seduce. Éste, el de la novela, es un amor donde la protagonista, O, se realiza en el placer del otro. Ella es, en la medida que cumple un propósito utilitario sexual del otro. Lo mismo si es René -en primera instancia- o Sir Stephen, después.
Es amor porque O decide, elige, estar ahí. De manera dócil acepta que René la condujera a Roissy. Lo que acontece en el trayecto es un abrir de boca para el torrente erótico que impregna la obra. Lo que continúa no es para todos los lectores, no es fácil enfrentarse a las filias, ni a las fobias.
Hay quienes denotan determinada resistencia ante la trama, pero más frente a las descripciones: exquisitas, dicho sea de paso. O es sometida a prácticas sádicas, orgiásticas, fantasías culposas para unos, esperanza para otros, usos y costumbres deleznables para el resto. Durante la historia el lector, en más de una ocasión, se preguntará por qué acepta O ese trato. No olvidemos que en gustos se rompen géneros. La introducción escrita por Jean Paulhan, titulada "La dicha en la esclavitud", fundamentada en la extraña revuelta caribeña da respuesta, o pretende darla a tal cuestionamiento.
Quien vibra con Cincuenta sombras de Grey debería echar una mirada a Historia de O, posiblemente descubra que se puede estremecer con algo que no se pensó.
RÉAGE, Pauline: Historia de O, 5a. ed., España, TusQuest, 1993, 207 p. (La sonrisa vertical; 35)
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