Una mañana, Yoyo percibe varios sonidos que le son familiares. Éstos le indican que el nuevo día ha iniciado. Bruno Heitz nos platea cómo podemos ubicarnos en tiempo y espacio haciendo uso del olfato y el oído, además del tacto. Sin embargo, la falta de pericia propicia que se Yoyo se equivoque, llegando al zoológico en lugar de la escuela. Este yerro es motivo de situaciones cómicas.
Las ilustraciones de Manuel Monroy fortalecen perfectamente la narración. Un texto recomendable para quien recién se está alfabetizando. Se localiza en bibliotecas públicas con la clasificación 843/H43/Y73
HEITZ, Bruno: Yoyo y el color de los olores, México, FCE, 1999, 39 p. (A la orilla del viento, 119).
Las ilustraciones de Manuel Monroy fortalecen perfectamente la narración. Un texto recomendable para quien recién se está alfabetizando. Se localiza en bibliotecas públicas con la clasificación 843/H43/Y73
HEITZ, Bruno: Yoyo y el color de los olores, México, FCE, 1999, 39 p. (A la orilla del viento, 119).
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