Hace tiempo comencé a leer el Srímad Bhagavad-Gita. Lo inicié con una doble finalidad: conocer uno de los textos emblemáticos de la literatura universal e iniciarme en la búsqueda de mi yo espiritual. La primera intención, que a la postre resultó errónea, fue leerlo "de corrido" como un texto convencional, sin embargo, los pensamientos profundos me invitaban a una reflexión más minuciosa. De tal manera que decidí leer una sloka cada día.
Pero esa es otra historia que en su momento compartiré. Hice este recuento para encuadrar el ámbito espiritual y religioso en que se enmarca Kim de Rudyard Kipling (Bombay, India, 30 de diciembre de 1865 - Londres, Inglaterra, 18 de enero de 1936). Desarrollada en la India de finales del siglo XIX, Kim narra las aventuras de un chico que busca su destino, de la mano de un lama, de un militar inglés y de un comerciante de caballos, el cual funge muchas veces como espía.
Dice Fernando Sánchez Dragó que Kim es una novela picaresca. En efecto, la picardía e inteligencia de Kimball O'Hara (Kim) lo sacan avante de las aventuras y circunstancias a las que se enfrenta en la búsqueda del significado del Toro Rojo y un coronel a caballo, y del río, eslabón espiritual del lama.
La meditación, la comida cotidiana, las prácticas religiosas distintas (en la historia hay católicos, musulmanes, budistas, taoístas), se unen para construir un ambiente cómico, de suspenso, de reflexión y enseñanzas orientales, aventuras. Durante la trama seremos testigos de cómo el ansia de emociones se van transformando en afecto y reconocimiento de Kim hacia su maestro.
Algunas dificultades con las que se puede encontrar el lector es la creación de imágenes ajenas a nosotros, por los referentes culturales y cronológicos. Sin embargo, esto no es impedimento para disfrutar de esta bella obra del Nobel de Literatura en 1907.
La edición consta de un prólogo de Fernando Sánchez Dragó y la traducción estuvo a cargo de José Luis López Muñoz.
KIPLING, Rudyard: Kim, Madrid, Millenium-Endesa, 1999, 288 p. (Biblioteca El Mundo, 51).
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