En 1921 Europa trataba de recuperarse de la devastación causada por la Primera Guerra Mundial. Diego Rivera había dejado París, y ahí un corazón roto: el de Angelina Beloff. Querido Diego, te abraza Quiela nos hace partícipes de ese amor. ¿Qué puede hacer un ser humano por amor? Las cartas que reescribe Poniatowska contienen palabras, frases, muy sentidas. Nos muestran un Diego desconocido para muchas personas y brindan la posibilidad de identificación con muchas mujeres (y también hombres).
La voz de Angelina, manifestada en sus letras, inician con un profundo dolor, la presencia de Rivera es enorme a pesar de no estar físicamente ahí, con ella, los reproches son tenues, prefiere asumir culpas que no le corresponder a incomodar a Diego. Los recuerdos de Dieguito, de Rivera trabajando, hablando, discutiendo, pensando, estallando son proyectiles mortales.
La nota final del libro es inesperado. Alguna ocasión , trabajando este libro con un grupo se señoras, se les pidió que escribieran una carta a Digo Rivera, como si ellas fueran Angelina Beloff. Una señora, de aspecto humilde, sólo escribió con grandes letras: "Diego, vete a la chingada".
PONIATOWSKA; Elena: Querido Diego, te abraza Quiela, México, Era, 1994, 80 p. (Biblioteca Era)
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