domingo, 23 de enero de 2011

Voces en el parque: poesía en imágenes

Muchas personas consideran que los libros álbum son exclusivos para pequeños, sobre todo por ser sencillos de leer. Dicha concepción se debe, principalmente, al formato mismo del libro: predomina la imagen sobre el texto. Sin embargo esto no siempre es así. Hay libros-álbum que son un reto a los referentes culturales del lector. Tal es el caso de Voces en el parque de Anthony Browne (Sheffield, Inglaterra; 11 de septiembre de 1946).


Los libros de Browne se caracterizan por jugar con la intertextualidad y provocar el pensar en el lector. La historia del libro que nos ocupa es sencilla: una tarde en el parque. ¿Qué tiene de complejo ello? En apariencia nada, sólo que es una historia contada a cuatro voces, cuatro miradas de un mismo acontecimiento, cuatro sentires de una misma experiencia.

Los protagonistas, los narradores son: la madre de Carlos, el padre de Manchas, el propio Carlos y la propia Manchas (además de las respectivas mascotas de cada infante). Iniciemos con Carlos y su familia: Propietaria de una gran casa, es decir, una familia opulenta, la madre es una madre sobreprotectora que no deja a Carlos explorar el mundo. Éste es un niño deseoso de jugar, de ser libre. En claro contraste se encuentra Manchas y su padre. El desempleo lo tiene preocupado y deciden ir al parque para despejar la mente. Ahí se encuentran la niña y el niño. Los perros de ambos también juguetean.

Las imágenes surrealistas son sin lugar a dudas un homenaje al pintor belga René Magritte y en menor medida a Edvard Munch (en dos ocasiones aparece “El grito”). El juego de sombras también nos dice algo, los colores, las estaciones, las referencias a otras obras culturales. Un libro para disfrutar, para reflexionar, para pensar, para leer y para ver.

BROWNE, Anthony: Voces en el parque, México, FCE, 1999, 32 pp.

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