Ir a los primeros esbozos del
pensamiento marxista nos remite irremediablemente a sus Manuscritos económicos filosóficos de 1844, texto que llegó al
español hasta 1960. Tal como lo indica el título, en él encontraremos las
vertientes filosóficas abrevadas de Feuerbach, reconociéndolo como el iniciador
de la crítica “naturalista, humanista y positivista”. El texto se divide en
tres secciones, cada una denominada genéricamente “manuscrito”. En ellas
analiza categorías que serán pilares de su obra máxima: El capital. Los dos primeros y gran parte del tercero los dedica al
cuestionamiento de la economía clásica. La parte final del tercero va a la
filosofía de Hegel.
El primer manuscrito comienza con
una frase lapidaria que será cimiento de toda su teoría de la lucha de clases: “El
salario se determina por la lucha antagónica
entre capitalista y obrero”. Para ello acude a Adam Smith en su obra La riqueza de las naciones. Cita y
analiza, cita y desmenuza, cita y da un giro a lo planteado. Los distingos
entre capitalista y obrero van más allá de la renta que devenga cada uno. De
hecho el segundo no obtiene tal renta, sino un salario, ya que sólo es poseedor
de su fuerza de trabajo.
En el apartado “La ganancia del
capital”, critica juiciosamente el denominado “Derecho positivo”. Va al origen
de la ganancia, la movilidad, el desarrollo del capital. Aquí entran en escena
las tesis de David Ricardo. En ese mismo primer manuscrito, pero en el apartado
“La renta del suelo”, es Say, con su El
derecho de los terratenientes tiene su origen en el robo, quien servirá de
base para el desarrollo de las ideas de Marx. Líneas más adelante explica el
devenir de los Modos de Producción. El manuscrito concluye con “El trabajo
enajenado”.
El segundo manuscrito describe
las relaciones entre el trabajador, el capital y la propiedad privada. Lo cual
será base para el tercer manuscrito, donde se describen con más detalle estas
relaciones, principalmente entre propiedad privada y trabajo; propiedad privada
y comunismo, la división del trabajo, el dinero. Finalmente concluye con la ya
mencionada “Crítica de la filosofía y dialéctica hegelianas en general”. Resulta
una verdad de Perogrullo advertir que es recomendable, si no se tiene ninguna
referencia del tema, consultar alguna obra introductoria. Conceptos elementales del materialismo histórico de Martha Harnecker
es una excelente opción.
Marx,
Carlos: Manuscritos económicos
filosóficos de 1844, México, Ediciones de Cultura Popular, 1976, 179 p.
(Biblioteca Marxista)
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