domingo, 6 de febrero de 2011

Lectura para bibliotecarios (y promotores de lectura)

El bibliotecario es, por definición, un promotor de lectura. Sin embargo esto no siempre se cumple, es más, no siempre quien trabaja en una biblioteca (principalmente pública y mexicana) es alguien que tenga a la lectura como una actividad valiosa para su vida cotidiana. También existe quien desea promocionar la lectura, pero la carencia de herramientas los lleva a una labor no sistematizada e intermitente.

Es por ello que la Dirección General de Bibliotecas del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, editó en 1991 el séptimo de los manuales de la Red Nacional de Bibliotecas Públicas: El fomento de la lectura. El manual indica que en él, “el lector encontrará la descripción de cada uno de los aspectos de una estrategia de fomento a la lectura”. Agregaríamos que se trata de una estrategia global.

En pocas páginas, 68 en total, se ofrecen nociones de lo que es la lectura, el conocimiento de la comunidad como estrategia de diseño, las actividades permanentes (círculo de lectura, hora del cuento, periódico mural y exposición bibliográfica), actividades complementarias para niños (círculo de lectura, hora del cuento, periódico mural y exposición bibliográfica) y actividades complementarias dirigidas a jóvenes, adultos y ancianos (tertulia, taller de lectura, taller de bibliomanualidades, teatro en atril y actividades culturales).

En general, más que un recetario, encontramos una serie de generalidades para llevar a buen término todas y cada una de las actividades planteadas. Desafortunadamente, la Dirección General de Bibliotecas no editó más (hasta el momento) este práctico manual. Lectura necesaria para bibliotecarios y promotores de lectura.

CONACULTA. DGB: El fomento de la lectura, México, Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, Dirección General de Bibliotecas, 1991, 68 p. (Manuales de la Red Nacional de Bibliotecas; 7).

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