jueves, 30 de diciembre de 2010

De insoportable e impronunciable a héroe

Bruno Wrokitzkiewitzs, llamado el innombrable por cuestiones más obvias que políticas, es el niño antipático que en todo grupo existe. Sin embargo, como todo niño, tiene su corazoncito cuya dueña es Tania, una niña espigada, rubia y de unos ojos impresionantes.

Una excursión con campamento incluido será el escenario donde la vida le de a Bruno la oportunidad de una historia para el libro que siempre ha querido escribir y para conquistar a Tania. Ella es amante de los insectos y gusta de coleccionarlos y observarlos. El lugar elegido para acampar está cerca de la población de Krup. Lugar microscópico habitado por microscópicos seres, entre los que destacan Rok Larús y su padre Ahji Larús.

El desafío de conservar la integridad física de los Larús y el anhelo de mostrar su hallazgo a Tania son la columna vertebral del relato.

Con una prosa ligera y amena, Ricardo Mariño, (Buenos Aires, Arg. 1956), nos comparte esta historia de tolerancia y respeto por la vida y la diversidad. Las ilustraciones de Juan Gedovius refuerzan lo que el texto describe. Mariño es considerado uno de los autores infantiles más importantes de América Latina, ello le ha merecido el Premio Casa de las Américas en 1988 por Cuentos ridículos.

MARIÑO, Ricardo: El insoportable, México, Alfaguara, 2001, 83 p.

sábado, 25 de diciembre de 2010

La voz: Universo sonoro

La aparición de La voz: Universo Sonoro. Manual de técnicas prácticas, secretos y tips para la lectura en voz alta y la comunicación oral de Alma Velasco, es sin lugar a dudas, un hito dentro de la promoción de la lectura. Iniciaré contando cuándo y cómo conocí a Alma para detallar que este manual es la materialización de la experiencia y sistematización de su estudio y trabajo.

Fue a principios de siglo, 2001 o 2002, cuando en una Encuentro Nacional de Coordinadores de Salas de Lectura, con sede en el CONVIVE en la Ciudad de México, cuando escuché (y conocí) a Alma Velasco. En ocho horas cambiaba nuestra manera de leer, corregía vicios de dicción, identificaba y respetaba oralidades. Recuerdo en particular un compañero coordinador chiapaneco, Rocael, que seseaba, Alma se acercó, le dijo cómo se pronuncia la “s”, y adiós vicio. No permitía tomar apuntes, grabar video, distraerse. El curso no permitía distracción alguna. Alma no permitía desconcentrarse. Y no porque Alma fuera dictatorial o draconiana. Siempre de manera amable, pero contundente, indicaba la dinámica a seguir.

En 2005, en el Diplomado de Promotores de Lectura de IBBY México, la volvía a encontrar. Con más tiempo, volví a recordar aquellos tips de la respiración, de los resonantes, de las pausas, tan necesarias en la lectura en voz alta y que por una u otra causa había olvidado. Dice Mecano que “la fuerza del destino nos hizo repetir”, pero ahora en Zacatecas, en el Diplomado La Formación de Lectores y Escritores: Una tarea integral de la educación básica”. En las sedes donde trabajó Alma, hipnotizó, se ganó al auditorio, a los docentes, con esas frases y consignas alegres como “ojotes”, “colita”, todo de un muy buen humor.

Platico todo esto, porque estoy seguro de que coordinadores de Salas de Lectura (hoy mediadores), bibliotecarios públicos y docentes de educación básica zacatecanos, recordaran parte de esta narración y se sorprenderán al encontrar la voz de Alma (su voz autorizada, sí, pero también su oralidad) en el libro. Conformado por diez capítulos, en ellos se abordan de manera clara y concisa 17 años de talleres y cursos. El libro va de la respiración a la integración de la oralidad, pasando por la dicción, la creación de personajes y escenografías orales. Un libro que ya hacía falta en la bibliografía de promoción de la lectura.

VELASCO, Alma: La voz: Universo sonoro. Manual de técnicas prácticas, secretos y tips para la lectura en voz alta y la comunicación oral, México, Alfaguara, 2010, 107 p.

viernes, 24 de diciembre de 2010

Corazón de piedra

Con algunos elementos usados en la saga de Harry Potter, Charlie Fletcher (Inglaterra, 1960) nos ofrece una historia fantástica que se desarrolla en Londres. George Chapman, huérfano de padre y con una madre que siempre está ocupada en otros asuntos, es un chico tímido y retraído. Una visita al Museo de Historia Natural será el comienzo de una serie de acontecimientos en otro Londres, uno que no se ve pero que está ahí.

Las estatuas y ornamentos de los edificios cobran vida, continuando con un ancestral enfrentamiento: las máculas (zoomorfos) contra los vitratos (antropomorfos). La vida de George corre peligro, pero los vitratos, encabezados por El Artillero, y Edie (una niña vislumbre), intentarán conseguir el corazón de piedra con el cual las cosas volverán a la normalidad y George regresará a su mundo.

Lugares emblemáticos londinenses aparecen en la trama, también personajes mitológicos occidentales. Todos ellos constituirán el universo de esta aventura. La edición cuenta con un mapa de Londres que es de mucha utilidad para ubicar espacialmente los acontecimientos.

El texto en general es ágil. Las huídas, los encuentros, los misterios y los enigmas envuelven esta trama fantástica. La portada incluye la leyenda “Próximamente en cines”, hasta el momento de escribir estas líneas ignoro si se llevó a la pantalla esta historia.

Fletcher, Charlie: Corazón de piedra, Barcelona, Ediciones B, 2008, 332 p.

martes, 21 de diciembre de 2010

Lo que bien se aprende nunca se olvida.


El trabajo de prostitución tiene como aura una serie de mitos y otro tanto de realidades (eso dicen, no me crean), estas mujeres que aparecen en diversas historias y que lo mismo han sido cantadas por Sabina y Sabines (y viceversa), que son protagonistas en distintas historias. El mundo en que viven es enigmático para unos y censurables para otros, pero siempre seductor. Con el tiempo, la globalización y la tecnología el llamado oficio más antiguo del mundo (aunque hay quien dice que tal título le corresponde a los cuentacuentos) ha agregado un nuevo sustantivo a la larga lista que cita Valle Arizpe en El Canillitas: escort.

Vanessa de Oliveira, brasileña, escort retirada, ahora conferencista, consultora, columnista y empresaria nos cuenta cómo pasó de una adolescente rebelde a prostituta y a todo lo demás que mencioné en un libro que lleva por título El diario de Marisa. La vida real de una escort (México, Plaza & Janés, 2009, 486 p.). En la cuarta de forros se lee: “En 203 comenzó a escribir un diario para hablar si censura de sus citas, de las manías de sus clientes, de las casas de citas, de las orgías, de los swingers, de la vida en las calles y en los prostíbulos.”

Esas líneas me convencieron de adquirir el ejemplar y leerlo de inmediato. La palabra censura tiene una extraña fascinación cuando no es aplicada al que esto escribe. Conforme avanzaba en las páginas y seguía a la protagonista por sus mudanzas de una localidad a otra, de un hotel a otro, de un cliente a varios, de sus constantes pleitos con el casero y su “rareza” por cultivar la escritura en un diario.

La historia real que cuenta Marisa, la encontramos en muchos textos de ficción. Debo decir que fue decepcionante su lectura: el vocabulario usado por los personajes está más cercano a un chico de secundaria que a un prostíbulo (¿o será que soy demasiado malhablado?), los encuentros sexuales bastante light (¿o será que soy demasiado pervertido?) y el drama, cuando lo hay, carece de emotividad, de suspenso (¿o será que soy muy insensible?).

El último capítulo se viene adivinando desde antes: una extensa reflexión llena de “buena vibra”, de “pensamientos positivos”, y todas estas cosas de autoayuda y superación personal que se resumen en el axioma: “Aunque la vida sea adversa, cada problema es una oportunidad para vencer y crecer” (debo aclarar que aunque este resumen-axioma es mío, por pudor evito firmarlo). Cuando concluí entendí me había timado una escort.

lunes, 13 de diciembre de 2010

Avanzada

El fenómeno de la migración no es algo nuevo o reciente para la población mexicana. La búsqueda de dólares, de un mejor nivel de vida también lo encontramos en los años treinta del siglo XX. Adolfo dejó la hacienda de San Ignacio para ir con su maestro a Canadá y estudiar. A su regreso las ideas de progreso y modernidad pernean y revolotean su cabeza.

Don Miguel, su padre; Maca, su madre y su prima Margarita, se encuentran a un Adolfo desconocido, obsesionado por hacer de la hacienda un campo a imagen y semejanza de los estadounidenses. Pero no sólo es el campo, son las costumbres, el desayuno, la vestimenta, las relaciones.

Yolanda es una mujer que gusta de hacerse desear. Bajo el argumento de estar acostumbrada al estilo de vida de Nueva York, se pasea con los hombres por el poblado. Margarita sufre la indiferencia de Adolfo y pide irse a vivir con la tía Octavia. Ahí deja de ser una ranchera para perfeccionar sus modales y con ellos realzar su belleza.

Los agraristas se apoderan del esfuerzo, capital y trabajo que representa la hacienda. Los padres de Adolfo mueren y éste en la miseria busca nuevos senderos fuera de su terruño. Margarita lo sigue, abordan el tren que los lleva a Veracruz. La travesía es molesta para personas como ellos, pero aguantan.

No sólo van a conocer un lugar nuevo, también se enfrentarán a los sindicatos, los líderes de papel, la corrupción. En la zafra, poco a poco Adolfo se gana la confianza de los jefes y la admiración de los trabajadores. Margarita también, ella en función de su conocimiento en primeros auxilios que adquirió en un hospital.

Desarrollada en la época del cardenismo, esta novela refleja los abusos del corporativismo sindical, del cambio de idiosincrasia de quienes viven un tiempo en Estados Unidos y regresan a México, de la importancia de las convicciones, del enfrentamiento entre el saber adquirido por los libros y el adquirido por los años.

Azuela, Mariano: “Avanzada” en Obras completas I, México, FCE, 1993, pp.965-1126.

jueves, 9 de diciembre de 2010

Saber lo que es la letra


Galardonado con el Premio Internacional a la Investigación sobre Cultura Escrita 2002, este libro recoge una interesante investigación de Judith Kalman efectuada en Mixquic, poblado sureño de la capital mexicana. Lectura imprescindible para quienes fomentan y promocionan el libro y su lectura, Saber lo que es la letra analiza cómo a pesar de los esfuerzos y programas oficiales los espacios de lectura siguen sin ser explotados en toda su capacidad.

Lo anterior se desprende de  la comprensión de dos conceptos clave: disponibilidad y acceso hacia los materiales escritos o soportes textuales. Ambos son necesarios para dimensionar en toda su magnitud otro concepto: alfabetización, que en palabras de la autora es “entendida como un mosaico de prácticas sociales que varían según el contexto de uso.” (p. 30).

Una de las bases para acercarse a las prácticas de la lengua escrita, fue para la autora el contexto socioeconómico y cultural. De ahí que integre al texto un marco referencial con indicadores de ésta índole. La identificación de los espacios y prácticas de escritura, o de lenguaje escrito, descubre modos y soportes de circulación de la palabra, exhibiendo a la escuela como un lugar de acogimiento de la escritura, aunque no el único. Es así como se llega al concepto de espacio generador de lectura y escritura, en el cual la presencia física y accesibilidad hacia los materiales tienen gran relevancia.

Dentro de estos espacios generadores se ubican la escuela, la iglesia, el correo, la biblioteca, los expendios de publicaciones periódicas, la familia, los espacios laborales, gubernamentales y la calle misma.

Pese al avance tecnológico que propicia medios eficaces y rápidos de reproducción de escritos, en localidades como Mixquic, la copia “a mano” es una práctica de escritura común para tal fin y no solamente una transposición didáctica, en palabras de Delia Lerner. Dentro del hogar encontramos la biblioteca familiar constituida por todos aquellos materiales escritos existentes en la casa.
Mediante un taller de lectura y escritura con mujeres no alfabetizadas, la autora inicia el recorrido de su investigación-acción. Las mujeres participantes descubrieron una nueva forma de mirar el mundo, de ser parte de él, un nuevo camino para su autonomía e independencia, creo que todo ello se resume, en palabras de Carmen, una de las asistentes: “Agarrar un libro y no saber leer, es como si estuviera muda ¿no?”.

Las conclusiones brindan luz a quienes deseen promover la lectura, a hacer lectores, a hacer de la cultura escrita una práctica más valorada y democrática, a no creer que sólo fundando bibliotecas, escuelas, salas de lectura, se apuntará a la formación de lectores.

Kalman, Judith: Saber lo que es la letra: una experiencia de lectoescritura con mujeres de Mixquic, México, SEP/UNESCO Institute for Education/Siglo XXI Editores, 2004, (Biblioteca para la Actualización del Maestro), 190 p.

martes, 7 de diciembre de 2010

Regina Landa


Regina Landa es, de las novelas de Azuela hasta ahora comentadas en este espacio, la primera obra cuya ambientación y desarrollo se presentan en un ámbito netamente urbano. El nombre de la protagonista da nombre a la narración. Huérfana de un padre acaudalado que dio todo por la revolución, Regina se ve en la necesidad de trabajar en la burocracia, sin embargo, las posibilidades de la lectura y el arte que le ofrecieron en su formación le permite tener más claridad en torno al mundo. Ahora, se acostumbra a vivir modestamente, con lo indispensable.

El denso ambiente burocrático hace que el primer día de trabajo no tenga ganas de volver. Mujeres que hacen como si hicieran algo, pero que tienen la prioridad de acabar con el prójimo (aunque más frecuentemente con la prójima) a partir de chismes e intrigas. Hombres desaseados, con nula educación, caballerosidad y buenos modales la intimidan a cada mirada, a cada palabra. Toda una colección de zoología gubernamental a su alrededor: Sanginés (“…flacuchón y espinilludo…”); el señor Gutiérrez (“Un sujeto rechoncho y mofletudo, de paso lento de ánade… gordinflón de voz acatarrada y caderas de cincuentona…”); la señorita Emma (“…un pavo real…”); el señor Sánchez, antiguo amigo del padre y con una personalidad indiferente al interior de la oficina y el amigo consejero fuera de ella; Félix Mendoza (“un tipo trigueño, alto y estirado como poste”); la Modelito (“La llamaban la Modelito porque no sabía hablar de otra cosa. Su cerebro era un almacén de figurines y artículos de fantasía.”), por mencionar algunas especies.

Esos primeros días fueron lo que se conoce como “novatada”, pero a medida que corrían las semanas se fue ganando la confianza de unos y el abuso de la misma de otros. Su eficiencia la llevaba a tomar el dictado del jefe Nava, y la gratitud de las demás taquígrafas, e incluso la amistad de alguna de ellas, como es el caso de Ester Mendiola, de familia rica en el norte del país y venida a menos por la revolución.

Mendoza corteja a Regina, ésta inicia una amistad con un personaje huraño y poco sociable: De la Torre. Ambos se encuentran y coinciden en sus gustos y apreciación musicales. Pero un día desaparece de la oficina, del transporte público, de su vida.
La estructura político-burocrática sufre adecuaciones y llega un nuevo jefe a la oficina, el señor Miguel Ángel del Río. Éste se mueve en círculos intelectualoides donde goza de gran reputación en apreciación musical. Regina no resiste a la seductora personalidad de Del Río, quien lleva a cuestas una historia infantil que le aporta los elementos para conquistar y desechar a las mujeres como cualquier objeto.

Desilusionada, después de deambular por un par de casas de alquiler, Regina lucha por su independencia, aún a costa de la comodidad, una comodidad ficticia ya que sólo es en el ámbito material y aparentemente.

Regina Landa es un texto donde encontramos la crítica a los grupos intelectuales de pose, sin compromiso ni nociones de arte, pero plagados de una verborrea que busca el aplauso fácil. Encontramos la lucha de una mujer de la primera mitad del siglo xx con sus principios, con la sociedad, con sus sentimientos, por su ansiada autonomía.

Azuela, Mariano: “Regina Landa”, en Obras completas I, México, FCE, 1993, pp. 862-964.