Una de las demandas más sentidas de la población mexicana ha sido sin lugar a dudas el abuso de poder. Abuso dado por la posición económica, política, y por ende, social. Mariano Azuela aprovecha esta realidad para desarrollar su novela Mala Yerba. La familia Andrade encabezados por el matoncillo Julián Andrade, hace y deshace a voluntad en San Pedro de las Gallinas. Una bala que acaba con la vida de un peón frente a Marcela, es el inicio de esta historia.
Marcela es la hija de señor Pablo, un viejo jornalero que ha servido a los Andrade toda su vida. Joven, bella, sensual, Marcela es objeto del deseo de don Julián. Las pesquisas de la averiguación por el asesinato del peón apuntan hacia el cacique. El testimonio de Marcela apuntala las hipótesis, sin embargo, se retracta de su declaración. La autoridad sabe lo que implica inculpar a Andrade, de tal manera que es absuelto.
De vuelta de Morency, Gertrudis se encarga de cuidar la caballería de don Julián. El mozo hace gala de gran conocimiento equino, todo aprendido en los Estados Unidos, y es por ello que a él confieren tal tarea. Marcela se va transformando en una obsesión para Julián. Los demás hombres la miran como algo ajeno a la comunidad y más cerca de las propiedades Andrade. Éste se reusa a aceptar que está enamorado de la joven, que a diferencia de otras mujeres ella ha sabido despertar en él el sentimiento amoroso.
Pero Marcela está enamorada de otro, de Gertrudis, el hombre que l hace latir desesperadamente el corazón desde niños. San Pedro de las Gallinas recibe a un ingeniero estadounidense que iniciará el proyecto de una presa solicitada por don Julián. Ante sus ojos no pasa desapercibida la belleza de Marcela. La muchacha ve en míster John la oportunidad de librarse de don Julián. Andrade se da cuenta de las intenciones del gringo, pero no cuenta con que éste le tunda una tremenda paliza.
La fortuna que ostentan los Andrade no es del todo limpia, de hecho no es limpia, es producto de la rapiña, aunque precedida por un acto heroico que quedó manchado con el desenlace. Familiares de los Andrade llegan a San Pedro y ven a la tía Ponciana como una excelente oportunidad para sacar a algunos parientes de la cárcel, pero es misión imposible.
Marcela no le es indiferente a Gertrudis y el pueblo comienza a darse cuenta. Hay quien ve la oportunidad para que don Julián ponga los ojos en su hija y se beneficie. Pero también hay a quien no le complace la relación de Gertrudis y Marcela, y una de ellas es Mariana. Señor Pablo muere un domingo, acompañado por la pena de la huída de Marcela. Una carrera de caballos será el escenario donde Gertrudis rete a don Julián. El trágico desenlace se percibe en los últimos capítulos aunque sin develar todo el final.
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