Sin lugar a dudas una de las características de la literatura infantil de Roald Dahl (Cardiff, Inglaterra 13 de septiembre de 1916-23 de noviembre de 1990), es la de asumir una postura crítica en la relación niño-adulto, cuestionando la manera de conducirse de estos últimos. Publicada por primera vez en 1975,
Charlie y la fábrica de chocolate (
Charlie and the chocolat factory) no es la excepción.
La historia es muy conocida ya que ha sido llevada al cine en dos ocasiones (En 1971, dirigida por Mel Stuart y protagonizada por Gene Wilder y en 2005, teniendo por director a Tim Burton y como protagonista a Johnny Deep): Charlie es hijo único del matrimonio Bucket, quienes viven en la miseria junto con las dos parejas de abuelos de Charlie. Los dulces Wonka son la sensación, sin embargo, Charlie sólo puede aspirar a comer uno al año, el día de su cumpleaños. Un día el dueño de la fábrica, Willy Wonka, lanza una campaña que consiste en encontrar alguno de los cinco billetes dorados incluidos en alguna chocolatina. Los poseedores de tal billete tendrán oportunidad de visitar la fábrica y llevarse una dotación de dulces para toda la vida.
Por esos golpes de suerte que da la vida, Charlie es uno de los afortunados ganadores. Los otros niños son: Augustus Gloop, un niño glotón, devorador de chocolatinas; Veruca Salt, una niña millonaria acostumbrada que siempre se cumplieran todos sus caprichos; Violet Beauregarde, la niña que masca, masca, masca y masca chicle sin parar y Mike Tevé, un chiquillo enajenado con pistolas y toda serie de violencia emanada por la televisión. Durante la excursión por la enorme fábrica uno a uno van eliminándose los invitados presas de sus propios vicios y padres consentidores. Al final es Charlie quien logra un premio que no se había anunciado.
El texto es muy dinámico, la acción se desarrolla en unos cuantos días, el grueso del libro se ocupa del día que los niños ingresaron a la fábrica. Las ilustraciones de Quentin Blake (16 de diciembre de 1932, Inglaterra) son extraordinarias, llenas de sentido del humor e irreverencia, propias al texto, y la traducción de Verónica Head. También vale la pena visitar los sitios web, tanto del autor (
http://www.roalddahl.com/) como del ilustrador (
http://www.quentinblake.com/).
Charlie y la fábrica de chocolate, es un texto para compartir e invitar a la lectura.
DAHL, Roald: Charlie y la fábrica de chocolate, México, Alfaguara, 2005, Alfaguara, 198 p. (Biblioteca Roald Dahl).